Un pequeño, en pañal, frente a un inodoro, después de vomitar. Y su hermanita, apenas mayor que él, consolándolo. La imagen ha dado la vuelta al mundo. Y la historia que hay detrás ha conmovido a miles.
El niño que aparece en la foto es Beckett Burge. Tiene cuatro años y vive en Princeton, Texas, y hace dos años le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. La pequeña es su hermana Aubrey, 15 meses mayor que Beckett.
La imagen la subió la madre de ambos, Kaitlin, en una página en Facebook llamada Beckett Strong (Beckett Fuerte) donde va actualizando la información sobre el estado de salud de su hijo. Junto con la foto, publicó una carta en la que narra lo difícil que es enfrentar la enfermedad de su pequeño.
“Una cosa que no te dicen sobre el cáncer infantil es que afecta a toda la familia. Siempre escuchas sobre los problemas financieros y médicos pero, ¿con cuánta frecuencia escuchas sobre lo que tienen que enfrentar las familias con otros hijos?… Mis dos hijos, con 15 meses de diferencia, pasaron de jugar juntos en la escuela y en casa a sentarse juntos en una fría habitación de hospital. Mi hija, de entonces cuatro años, vio a su hermano pasar de una ambulancia a una Unidad de Cuidados Intensivos”.
Para Aubrey, cuenta Kaitlin, la situación era incomprensible. “Sólo sabía que algo estaba mal con su hermano, su mejor amigo”.
Kaitlin subió las fotos, así como un video, para coincidir con el Mes de la Sensibilización sobre el Cáncer Infantil.
En su carta, Kaitlin cuenta también por qué decidió incluir a Aubrey en todo el proceso de tratamiento de Beckett. “Los niños necesitan apoyo, estar juntos, y no deberían ser apartados de la persona que está enferma. Lo más importante es demostrarles que se les cuida sin importar la situación. A este día, ellos son más cercanos. Ella siempre lo cuida”.
Y cuenta cómo es el día a día de sus hijos: “Vomitar entre sesiones de juegos. Despertar para vomitar. Estar al lado de su hermano y frotarle la espalda mientras está mal. Bajar de entre 20 y 30 libras. Eso es el cáncer infantil. Tómenlo o déjenlo”.
Con sus posteos, Kaitlin no sólo busca apoyo, quizá desahogarse un poco, sino concientizar sobre la falta de recursos para la lucha contra el cáncer infantil. En el video que subió el 1 de septiembre, escribe: “Sólo 4% del financiamiento del gobierno para la investigación sobre el cáncer se destina a estudiar el cáncer pediátrico. Para 2015, el presupuesto del Instituto Nacional del Cáncer era de 4 mil 930 millones de dólares. Se estimó que el cáncer infantil recibiría sólo 4% de esa suma, o 198 millones de dólares. Aunque a algunos les pueda parecer mucho, cada año se diagnostica a más de 300 mil niños. Esos recursos significan que cada niño recibirá 660 dólares y, en promedio, la estancia de un niño en el hospital, por noche, es de cerca de 40 mil dólares”.
Kaitlin no esconde su desesperación. “Nuestros niños luchan una de las batallas más difíciles. Algunos nos son arrebatados demasiado pronto porque no tenemos los recursos para investigación”.
La foto de los hermanos lleva hasta el momento 60 mil reacciones, ha sido compartida 36 mil veces y ha recibido más de 5 mil 600 comentarios.
Beckett sólo tiene cuatro años, pero es un luchador. Y según el relato de Kaitlin, aún le quedan al menos dos años más de quimioterapias. Pero no estará solo. Kaitlin y Aubrey estarán con él.