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El presidente Donald Trump planteó el jueves sus inquietudes por las muestras gráficas de violencia en videojuegos durante una reunión en la Casa Blanca con integrantes de la industria y con algunos de los críticos más duros de estas expresiones.
En busca de maneras de responder a la masacre ocurrida el mes pasado en una secundaria de Florida, Trump ha cuestionado el efecto de los videojuegos, aunque décadas de investigaciones no han encontrado ningún vínculo entre la violencia armada y las muestras gráficas de violencia en videojuegos. Los participantes de la reunión dijeron que Trump trató de escuchar a todos los lados.
"Él hizo muchas preguntas y se mostró preocupado por la naturaleza violenta de estos juegos e hizo la pregunta: ¿Esto está causando que los niños tengan (este) comportamiento violento?”, dijo la representante Vicky Hartzler.
Entre los asistentes había representantes de la Asociación de Software de Entretenimiento y de la Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento, así como dos directores generales de compañías de videojuegos.
La Asociación de Software de Entretenimiento emitió un comunicado tras el encuentro en el que señaló que “hablaron de varios estudios científicos que establecen que no existe una conexión entre los videojuegos y la violencia, de las protecciones de la Primera Enmienda a los videojuegos, y de cómo el sistema de clasificación de nuestra industria ayuda de una manera eficaz a los padres a tomar decisiones informadas respecto al entretenimiento”.
También participaron representantes del Consejo de Padres sobre Televisión, el activista conservador Brent Bozell, quien desde hace mucho es crítico de la violencia en videojuegos y también es fundador del consejo y el autor de un libro que vincula masacres con videojuegos violentos.
La directora del consejo de padres, Melissa Henson, dijo que ella trató de informar sobre lo difícil que es mantener a los niños alejados de juegos violentos, “incluso para los padres más diligentes”.
Ella describió la reunión como una sesión informativa en la que no se tomaron decisiones sobre cuál sería el siguiente paso.
El senador Marco Rubio, republicano por Florida, también participó en la reunión. En un comunicado resaltó que “no hay evidencia” que vincule a los videojuegos con la masacre en una escuela secundaria de Florida, pero dijo que estaba interesado “en asegurarse de que los padres estén al tanto de los recursos disponibles con los que cuentan para monitorear y controlar el entretenimiento al que sus hijos están expuestos”.
Trump se ha enfocado en los videojuegos al buscar soluciones para lidiar con el azote de las armas tras la masacre en la escuela Marjory Stoneman Douglas de Florida, en la que 17 personas fueron asesinadas. Después de varias semanas de deliberaciones públicas — en las que expresó respaldo a algunas medidas para el control de armas de fuego — Trump aún no delinea lo que le gustaría ver en un proyecto de ley.
Trump ha hecho mención de su hijo Barron al hablar de los videojuegos. Durante un encuentro reciente sobre violencia en las escuelas, comentó: “Los videojuegos, las películas, los contenidos en internet son muy violentos. Es algo increíble. Lo veo. He visto cosas que no creerían. Tengo un hijo muy, muy joven y veo algunas de las cosas que mira y me pregunto cómo es posible”.