Más Información
La madre, hermanos e hijos del mexicano Rubén Ramírez Cardenas se despidieron hoy del reo condenado a muerte, en una visita de cuatro horas efectuada la mañana de este miércoles, unas horas antes de su ejecución programada en punto de las 18:00 horas.
La visita, encabezada por la madre del reo, Sanjuana Cárdenas, varios de sus hermanos, y sus dos hijos -ya adultos- se dio en la Unidad Carcelaria Polunsky, donde Ramírez Cardenas ha permanecido desde 1998 poco después de ser sentenciado a la pena de muerte.
Ramírez Cardenas estaba programado para ser trasladado este miércoles a la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas, donde se ubica la cámara de la muerte.
El traslado, de 65 kilómetros, se realiza bajo fuertes medidas de seguridad y no se da aviso del mismo hasta una vez que el reo llega a la Penitenciaria Walls, una de las cárceles más viejas de Texas, ubicada en el centro de esta comunidad, donde desde hace más de cien años las autoridades estatales realizan las ejecuciones.
A lo largo de los últimos tres días diferentes miembros de la familia de Ramírez Cardenas han acudido a visitar al reo en la Unidad Carcelaria Polunsky, en visitas que se han prolongado hasta por ocho horas.
Rubén ha podido hablar con su madre, tres de sus hermanos y sus dos hijos, que lo han visitado a lo largo de estos tres días.
El vocero del Departamento de Justicia Criminal de Texas, Jason Clark, informó que aún no tenía preciso los nombres de los miembros de la familia que estarán como testigos de la ejecución.
De no posponerse la aplicación de la pena capital por la intervención en último momento de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos o gobernador de Texas, Gregg Abbott, Ramírez Cardenas será ejecutado a las 18:00 horas de este miércoles mediante inyección letal, acusado por el homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna el 22 de febrero de 1997.
Ramírez Cardenas, de 47 años, originario de Irapuato, en el estado mexicano de Guanajuato, podría convertirse en el onceavo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos.
La mayoría de esas ejecuciones han sido efectuadas en Texas, con excepción de la de Benjamín Mario Murphy, ocurrida el 17 de septiembre de 1996 en Virginia.