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La conmoción generada en Estados Unidos por la muerte en un vuelo de United Airlines de un bulldog francés, que viajaba en un compartimento para el equipaje de mano a pedido de un miembro de la tripulación, puso en el tapete el sensible tema del transporte de animales.
"Este dramático incidente muestra cómo el animal es considerado aún un objeto, un vulgar bolso que se apretuja", se indigna Christophe Marie, portavoz de la Fundación Brigitte Bardot, consultado por la AFP.
La aerolínea estadounidense lamentó en un comunicado el "trágico accidente que jamás debió haber ocurrido, ya que los animales nunca deben colocarse en un compartimiento de equipaje" encima de los pasajeros.
La dueña del perro viajaba entre Houston y Nueva York el lunes con dos niños, uno de ellos un bebé, y el animal en un bolso de transporte. Y un miembro de la tripulación le solicitó que colocara al perro en el compartimento para los bolsos y equipaje de mano, según el testimonio en el New York Times de Maggie Gremminger, de 30 años, que viajaba sentada detrás de ella.
Viajar con la mascota es una práctica común: medio millón de animales fueron transportados en 2017 por compañías aéreas estadounidenses, según cifras del Departamento de Transporte de Estados Unidos.