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"Espero encontrarte con buena salud, miles de besos: mami", fueron las últimas palabras que la madre de Betty le escribió antes de ser enviada con su bebé de ocho semanas a morir en el campo de concentración nazi de Sobibor en el este de Polonia en 1943.
Sentada en su casa con un paisaje bucólico desde una ciudad que mira desde una ladera el mar Mediterráneo, Betty Kazin Rosenbaum, de 76 años, lee la carta escrita a mano en holandés de la madre que nunca llegó a conocer realmente.
Betty conserva la carta original de su madre en su casa, pero entregó una copia escaneada para una nueva exhibición digital en Yad Vashem, el centro de investigación y museo del Holocausto de Israel en Jerusalén.
Luego de pasar varios años en un gueto en Ámsterdam, la familia se separó. En 1943, Betty, que en ese entonces tenía 2 años, fue enviada a un hogar de crianza cristiano en la ciudad de Eibergen en Holanda hasta el final de la guerra.
Su madre y su hermano de ocho semanas fueron escondidos por una familia cristiana en Neede, pero fueron traicionados por residentes de la ciudad y fueron enviados en un tren hacia el campo de concentración donde los mataron. Según los registros, el padre también fue eventualmente llevado a Sobibor.
Betty no sabía quién le envió la carta que su madre le había escrito ni la postal que escribió desde el tren. Pero la letra era la misma que la del libro de registro de bebé que ella tenía, junto con otros artículos, en una gran bolsa azul que llevó consigo desde Holanda cuando emigró a Israel en 1964.
"Ella siempre escribió con mucha esperanza y nunca depresiva", dijo Betty con una sonrisa. "Aquí escribe mami. Es ella y me siento muy cerca suyo", agregó.
Yad Vashem inauguró recientemente su tercera exhibición digital de cartas obtenidas del Holocausto, llamada Últimas cartas del Holocausto: 1943. "Dejé a todos en casa". La muestra incluye 10 cartas escritas a mano en diferentes leguas. La mayoría son fundamentalmente esperanzadoras y optimistas.
nrv