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Una niña de 10 años fue diagnosticada con una infección cutánea, luego de haber jugado en una pocilga sin usar zapatos en una zona rural de Brasil, informó el New England Journal of Medicine.
La niña se presentó en una clínica de atención primaria con múltiples lesiones, que tenían puntos negros en el centro y eran dolorosas, en la planta y los dedos de los pies.
Dichas lesiones se presentaron 10 días antes de que acudiera al médico, donde finalmente fue diagnosticada con Tungiasis, una infestación de la piel causada por la pulga de arena Tunga penetrans.
La tungiasis afecta alrededor del 15 al 55% de las poblaciones de bajos recursos en países en vías de desarrollo, principalmente de Sudamérica, África Sub-Sahariana y, recientemente, en Asia, de acuerdo con información del Departamento de Microbiología y Parasitología, de la UNAM
Los signos y síntomas iniciales pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, conforme aumenta de tamaño el abdomen de la pulga se presenta prurito importante y se forma un nódulo que puede ser doloroso.
La menor fue sometida a la extirpación de las pulgas y al cuidado local de las heridas. Después del tratamiento, hubo una remisión completa de las lesiones y sin complicaciones en el seguimiento.