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Con un coctel en el que predominó un buen ambiente y deliciosos platillos típicos mexicanos, se celebró un año de un proyecto que busca enaltecer la gastronomía nacional.
“Es el primer aniversario y estamos muy contentos porque lo estamos compartiendo con mucha gente, fue un año de mucho esfuerzo y de empezar un proyecto en una zona que no conocíamos. Al principio fue complicado porque la gente no se esperaba un concepto como este y poco a poco nos dimos cuenta que los comensales respondieron muy bien”, detalló Bruno Ficachi, uno de los socios del lugar.
El restaurante María Rivera que festejó 365 días de existencia, busca destacar la riqueza mexicana y lo hace desde su diseño y arquitectura, ya que ostenta una fusión de las construcciones típicas mexicanas con toques tradicionales, tal como la talavera procedente de Dolores Hidalgo, los muros galeones originarios de las ex haciendas del sureste. Además el patio central tiene una referencia de las ex haciendas del Bajío y las ventanitas, que son una muy conocidas en los pueblos mágicos y el Caribe
El concepto es una idea original de los socios entre los que se encuentran Rodrigo Menchaca, Jorge Ávalos, Ricardo Jiménez y Eugenio Martell, quienes junto a la diseñadora Fernanda Tapia, lograron concentrar todos estos elementos en un solo lugar.
“Lo que ofrece este lugar a los clientes es brindarles la apertura de venir y probar toda la carta; hay platillos como el chamorro en mole de ladrillo que está peleado entre Tlaxcala y Oaxaca, el filete en cenizas de Guadalajara, la crema de esquites que es una reinterpretación de un platillo michoacano, el pambazo María Rivera que es una fusión con la cocina del Bajío; todos han tenido sus buenos momentos”, indicó orgulloso Bruno.