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Aproximadamente un centenar de migrantes hondureños arribaron ayer a Tecún Umán, ciudad de Guatemala, fronteriza con México.
El grupo forma parte de la caravana de centroamericanos que pretende cruzar territorio mexicano para llegar a Estados Unidos.
Hombres y familias con niños descansaron en el parque central de esa ciudad; algunos piden monedas para sobrevivir. Comentan que el dinero con el que salieron de su país lo gastaron en pasaje y alimento durante su trayecto a este punto fronterizo.
Los hondureños Carlos, José y Damián platican que ellos no tenían planeado unirse a la caravana. El pasado lunes salieron de sus viviendas en Tegucigalpa para emplearse como albañiles en San Pedro Sula, pero en la central de autobuses vieron a un grupo de migrantes y se les “pegaron”.
“Nosotros íbamos a trabajar por dos días a San Pedro Sula, pero cuando vimos la caravana decidimos unirnos y por teléfono les avisamos a nuestras familias”, explica Carlos.
Comenta que la mayoría de los integrantes de la caravana migrante arribarán hoy a Guatemala y juntos decidirán las estrategias para ingresar a territorio mexicano.
Salvadoreños se unen
Asimismo, un centenar de salvadoreños salieron ayer de su país para unirse a los migrantes hondureños, quienes desde la noche del pasado lunes caminan hacia Guatemala.
Las movilizaciones salieron en desafío a las reiteradas advertencias de los gobiernos de El Salvador y de Honduras a sus pobladores de que eviten involucrarse en esas caminatas, porque el viaje es peligroso ante la posibilidad de quedar atrapados en redes del crimen organizado.
Funcionarios de las estatales Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y de la Dirección General de Migración y Extranjería dialogaron con los salvadoreños en la plazoleta y les dieron mapas y datos de albergues.
La vicecanciller salvadoreña Liduvina Magarín llegó al punto de salida y, al ratificar que el viaje es riesgoso, explicó que “nuestra labor es desalentar la migración”.
Al admitir que “estas personas ya decidieron salir del país”, agregó en declaraciones a periodistas que “no está de más advertirles que Estados Unidos no los dejará entrar”.
La primera caravana surgió el 13 de octubre de 2018 en San Pedro Sula y fue seguida por movilizaciones similares organizadas en El Salvador y Guatemala, en una corriente hacia México que provocó uno de los más graves conflictos migratorios regionales del siglo XXI, y frente a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de impedirles su ingreso a EU.
Efectivos de la Policía Nacional Civil de El Salvador acompañaron a los viajeros en ruta hacia Guatemala, donde ya fueron adoptadas medidas de contingencia para enfrentar los nuevos flujos.
bft