El pasado jueves 4 de mayo, el director General de la OMS,Tedros Adhanom, remitió el informe de la decimoquinta reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional, en el que se dictamina que la COVID-19 ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional; pero sigue siendo un problema de salud.

Ante ello, millones de personas alrededor del mundo celebraron la noticia; pues fue difícil perder algún conocido o familiar durante el punto máximo de la pandemia.

La decisión de ponerle fin a la emergencia sanitaria a nivel mundial fue tomada por la tendencia decreciente de las muertes por COVID-19, así como la baja en hospitalizaciones, y también por los altos niveles de inmunidad de la población, según la declaración de la OMS.

¿El fin de la pandemia significa la inexistencia del virus?

De acuerdo con el subsecretario de prevención y promoción de la salud del Gobierno de México, Hugo López-Gatell, el término del estado de emergencia por COVID-19 no significa que la enfermedad haya desaparecido por completo, sino que el virus SARS-CoV-2 permanecerá en la especie humana, aunque éste no tenga el mismo impacto que al inicio.

Incluso en diversas ocasiones las instituciones de salud y los organismos internacionales han recomendado a la población seguir con las medidas sanitarias para evitar la propagación del SARS-CoV-2.

Por ello, es recomendable conservar el uso de cubrebocas en lugares públicos, lavarse las manos constantemente y hacer uso del gel antibacterial, entre otros.

López-Gatell también explicó que pese a que la enfermedad perdura en la actualidad, el país está preparado para tener un mejor manejo clínico. Lo que también ayuda a los mexicanos son los altos niveles de inmunidad que se obtuvieron por la vacunación o porque la gente padeció el virus en algún momento.

“En México se cumplen las condiciones que ha señalado la OMS, prácticamente 95 por ciento de las personas tenemos anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2”, comentó.

¿Cuáles son las recomendaciones de la OMS para los gobiernos mundiales?

En la declaración, la OMS menciona que los Estados Partes deben actualizar los planes de preparación ante pandemias, con el fin de evitar la desatención y prepararse para futuros eventos.

También recomiendan integrar la vacunación contra la COVID-19 en los programas de salud a lo largo de la vida. Asimismo, se debe aumentar la cobertura de la misma.

Los Estados Partes deben estar pendientes de la información de la OMS respecto a los datos sobre mortalidad y morbilidad de la enfermedad. “Los Estados Partes deben aprovechar el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (SMVRG) y apoyar la creación de la Red Mundial de Laboratorios de Coronavirus de la OMS (CoViNet)”, describen.

De igual forma, las autoridades reguladoras deben reforzar el uso a largo plazo de vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos.

La OMS también incluye en sus recomendaciones la adaptación de estrategias e intervenciones en colaboración con las comunidades y sus líderes para conseguir programas sólidos en combate a la enfermedad.

Otro punto que mencionan es levantar las medidas de salud respecto a los viajes internacionales, como el no exigir ninguna prueba de vacunación contra la COVID-19 como requisito previo para viajar.

Por último, mencionan, en la declaración, que los Estados Partes deben mantener el apoyo a la investigación para mejorar las vacunas.

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