El horno de microondas se usa principalmente para recalentar alimentos previamente cocidos en la estufa; sin embargo -y quizá ya te habrás dado cuenta alguna vez- existen algunos que no deberías meter, aquí te decimos cuáles y por qué:
Pollo: Si lo estás recalentando y previamente no quedó bien cocido, por más mínima porción que quede cruda, puede transmitir salmonela, que te provocará dolor de cabeza, de estómago, diarrea y fiebre. Lo mejor es volverlo a cocer en la estufa.
Sopas instantáneas: El agua no se calienta de igual forma en la estufa que en el microondas, por lo que si metes una sopa instantánea en su empaque tardará más en cocerse; lo ideal es calentar el agua en la estufa, vaciar en el recipiente y esperar a que quede lista.
Huevo: Suena lógico, pero no está de más mencionarlo. Si metes un huevo en el microondas, su agua se evaporará y escucharás una explosión. Cuando abras la puerta del electrodoméstico tendrás que tener listo trapos limpios para arreglar el desorden.
Naranja: Si tienes gripe y quieres evitar consumir líquidos fríos no es la mejor opción hacerlo con el jugo de naranja, ya que las ondas electromagnéticas eliminarán las proteínas y la vitamina C necesaria para recuperarse de esta enfermedad.
Fernanda Alvarado es especialista en nutrición y educadora en diabetes, escribe la sección “Zona Saludable” en el suplemento impreso de Menú de El Universal. Cuenta con estudios de educación continua en nutrición y formación como promotora de salud por parte de la Universidad Iberoamericana. Candidata a maestría en nutrición y dietética con especialidad en nutrición comunitaria.
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