Los problemas para digerir la lactosa, que es el azúcar propia de la leche, se conocen comúnmente como intolerancia a la lactosa. Esta intolerancia puede presentarse en cualquier época de la vida, ya sea la niñez, la adolescencia o la vida adulta. A menudo las personas que padecen de este mal creen que deben dejar de comer todo aquello que contenga este tipo de "azúcar"; sin embargo, no es así.
Por supuesto está la ya conocida leche deslactosada pero, ¿qué más pueden comer estas personas?
El National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK) señala que “es posible que usted pueda tolerar la leche y los productos lácteossi bebe pequeñas cantidades de leche -4 mililitros o menos- (…) o si come productos lácteos que son más fáciles de digerir para las personas con intolerancia a la lactosa, como el yogur y los quesos duros, como el cheddar y el suizo”.
Además el instituto sugiere que algunos alimentos empaquetados que contienen pequeñas cantidades de lactosa pueden no afectar el organismo, algunos de éstos son la crema para el café sin lácteos en polvo o líquido, las cremas batidas sin lactosa, la margarina y los sustitutos de leche en líquido y en polvo.
Por otro lado, la leche es una fuente importante de calcio; para no presentar deficiencias de este mineral el NIDDK aconseja consumir los siguientes alimentos que también son fuente de calcio: salmón, sardinas, brócoli, naranjas, almendras, nueces y leche de soya.
Hoy en día tener intolerancia a la lactosa no significa dejar de consumir lo que nos gustan, pues existen diversas opciones en alimentos.
Fernanda Alvarado es especialista en nutrición y educadora en diabetes, escribe la sección “Zona Saludable” en el suplemento impreso de Menú de El Universal. Cuenta con estudios de educación continua en nutrición y formación como promotora de salud por parte de la Universidad Iberoamericana. Candidata a maestría en nutrición y dietética con especialidad en nutrición comunitaria.
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