La eliminación de la reforma sanitaria conocida como Obamacare fue uno de los ejes de campaña del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien fracasó hoy en su intento por imponer un nuevo proyecto en el Congreso.

La Ley de Cuidados Accesibles, conocida como Obamacare, fue firmada por Barack Obama el 23 de marzo de 2010 y hace obligatorio para todos los estadounidenses tener un seguro de salud, además de ofrecer ayudas a quienes no tuvieran medios para pagárselo.

Según los demócratas, Obamacare -considerado por éstos como uno de los principales legados del ahora ex presidente- consiguió que 20 millones de personas antes excluidas tuvieran un seguro médico. 

A diferencia de otros países, Estados Unidos no tiene un sistema público que garantice la cobertura sanitaria de todos los ciudadanos. Actualmente, millones de estadounidenses dependen de Obamacare, sobre todo los que menos ganan, que tienen una cobertura básica llamada Medicaid. 

Pero Obamacare tiene algunos puntos críticos: primas elevadas y la supuesta injerencia en las libertades individuales que implica para algunos la imposición de contratación de un seguro médico. 

Haciendo eje en estos pilares, la propuesta que iban a presentar los republicanos proponía eliminar la obligatoriedad de tener un seguro. 

El proyecto, que finalmente fue retirado, preveía que los subsidios estatales fueran reemplazados por seguros de salud voluntarios, que se beneficiarían de recortes fiscales que irían desde los 2.000 dólares para los jóvenes hasta los 4.000 dólares para los adultos mayores. 

La iniciativa mantenía en cambio otros elementos muy populares como el que prohíbe a las aseguradoras rechazar a personas con enfermedades preexistentes o el que permite a los jóvenes conservar los planes de salud de sus padres hasta los 26 años.

Con este plan de salud, el gobierno de Trump pretendía ahorrar unos 337.000 millones de dólares entre 2017 y 2026, aunque también dejaría a 24 millones de personas más sin seguro médico en comparación a lo que ocurre con el plan actual, según un informe de Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) difundido a mediados de marzo.

Los ahorros se iban a originar principalmente en la reducción de gastos del programa Medicaid y en el fin de los subsidios a la cobertura médica.

Actualmente casi el nueve por ciento de los estadounidenses no tiene cobertura médica (cuando asumió Obama, ese porcentaje era de 15,4). Los cambios propuestos por Trump hubieran significado que, para 2018, 14 millones de personas más quedarían sin seguro médico. La cifra crecería a 21 millones en 2020 y a 24 millones hacia 2026, informó la CBO.

La administración Trump sostiene que muchas de las personas sin seguro médico no se afiliarían al plan de salud del Gobierno porque no lo necesitan.

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