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¿Qué sigue en el juicio político a Donald Trump?

Tras la votación histórica de la noche del miércoles, en la que los representantes votaron a favor de acusar formalmente a Trump por abuso de poder y obstrucción, será el Senado el que lleve a cabo el juicio político

Foto: AP
19/12/2019 |11:09
Redacción Querétaro
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La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quiere irse con pies de plomo una vez que esa cámara decidió que el mandatario estadounidense Donald Trump debe ser sometido a juicio político.

Tras la votación histórica de la noche del miércoles, en la que los representantes votaron a favor de acusar formalmente a Trump por abuso de poder y obstrucción, será el Senado el que lleve a cabo el juicio político.

En principio, Pelosi podía mandar los artículos de impeachment concluida la votación, en la que el cargo de abuso se aprobó por 230 votos a favor y 197 en contra, mientras que el de obstrucción se avaló con 229 sufragios a favor y 198 en contra.

Ningún republicano votó a favor de los cargos. Se veía venir, pero deja en claro a los demócratas que no la tienen fácil en un Senado que, a diferencia de la Cámara Baja, está controlado por el partido de Trump.

El cierre de filas es tan claro que Pelosi advirtió que esperará a enviar los artículos hasta que tenga claro que las reglas en el juicio en la Cámara Alta serán “justas”.

Por lo pronto, los representantes sesionarán este jueves a partir de las 9:00 de la mañana para elegir a los llamados “gerentes del impeachment”, los miembros de la Cámara Baja que durante el juicio actuarán en gran medida como fiscales.

Por su parte, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, dijo que a las 9:30 de la mañana del mismo jueves hablará sobre lo ocurrido en la Cámara Baja.

El pasado lunes, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, presentó una “hoja de ruta” para el juicio político, en la que sugiere como fecha de inicio el 6 de enero.

Los demócratas quieren que se llame a testificar a figuras como el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el jefe interino del Gabinete, Mick Mulvaney. Por decisión del gobierno, ninguno de los dos testificó durante las pesquisas de la Cámara Baja sobre la llamada de Trump al presidente ucraniano Volodomir Zelensky.

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En dicha llamada, acusan los demócratas, Trump presionó a Zelensky para investigar al exvicepresidente Joe Biden y su hijo, Hunter Biden, por presuntos actos de corrupción, a cambio de liberar ayuda militar a Ucrania. Los demócratas aseguran que el jefe de Estado abusó de su poder para obtener un beneficio personal.

El mandatario lo niega y McConnell adelantó que no convocará a nuevos testigos porque “no es el trabajo del Senado llenar el vacío y buscar de manera desesperada cómo llegar al veredicto de 'culpable'”.

Es allí donde Pelosi y los demócratas ven que los republicanos pueden manejar el juicio de manera parcial e injusta. Incluso se mencionó que el Senado estaría buscando un proceso rápido, de unas dos semanas, antes de exonerar de culpa a Trump, quien podría ver impulsada su candidatura al quedar como la “víctima” de una “injusticia”.

Una vez que se envíen los artículos al Senado, el juez del Tribunal Supremo, John Roberts, deberá jurar como presidente de esa cámara, según lo que marca la Constitución.

Aunque el vicepresidente de Estados Unidos, en este caso Mike Pence, es quien ocupa el cargo de jefe del Senado, en caso de juicio político es el presidente del Tribunal Supremo quien asume el puesto.

Luego de la juramentación de Roberts, el mandato de los “gerentes del impeachment” deberá ser reconocido para que puedan ejercer su función de fiscales y exponer sus argumentos.

Trump también enviará a sus abogados para que lo defiendan.

En el Senado, se necesita que dos terceras partes de los senadores decidan a favor, al menos, de una de las dos acusaciones contra Trump para que éste sea destituido. En otras palabras, se requieren 67 votos a favor. Pero de un total de 100 senadores, 53 son republicanos. Eso significa que los demócratas tendrían que conseguir que al menos 20 republicanos cambien de posición y se sumen a quienes desean ver a Trump destituido.

A decir por lo ocurrido la noche del miércoles, eso no sucederá. Trump se mantendría pues en el cargo.

En caso de que fuera destituido, es el vicepresidente, en este caso Pence, quien asume la presidencia.