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El Estadio Corregidora de Querétaro es mucho más que un recinto deportivo. Para algunos, es una obra arquitectónica que evoca el diseño del Estadio Azteca, mientras que para los queretanos, es un símbolo único de la pasión por el fútbol y un emblema del estado. Aunque su importancia histórica y cultural es innegable, la propiedad del inmueble está sujeta a concesiones y acuerdos que han generado múltiples debates a lo largo de los años.
Una obra con propósito histórico
La historia del Estadio Corregidora comenzó en 1982, cuando el gobernador de Querétaro, Rafael Camacho Guzmán, decidió construir un recinto deportivo de primer nivel con el propósito de que el estado pudiera ser sede de la Copa Mundial de Fútbol de 1986. Tras un concurso público, el arquitecto Luis Alfonso Fernández Siurob fue elegido para diseñar la obra, cuya construcción inició formalmente el 17 de marzo de 1983 y concluyó el 31 de diciembre de 1984.
El estadio fue inaugurado el 5 de febrero de 1985 por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado. Su primer evento internacional, un partido entre México y Polonia en el marco del Mundial de 1986, marcó un hito en la historia deportiva del estado.
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Diseño y capacidad
El estadio, con una superficie de 261,174 m², destaca por su diseño ovalado y tres niveles cerrados. Originalmente tenía capacidad para 32,000 espectadores, aunque tras modificaciones, actualmente puede albergar a 35,575 personas, convirtiéndose en el décimo estadio más grande de México.
Además de su diseño, que incluye gradas amplias, palcos y vestidores completamente equipados, la cancha es una obra maestra en sí misma, compuesta por seis tipos diferentes de pasto, lo que le otorga una apariencia impecable y una funcionalidad ideal para el fútbol y otros eventos.
¿Desde cuándo es casa de Gallos Blancos de Querétaro?
El Estadio Corregidora fue financiado y construido por el gobierno estatal, actualmente opera bajo un esquema de comodato. Desde su inauguración, ha sido el hogar de varios equipos de futbol, entre ellos los Gallos Blancos de Querétaro, quienes tienen la concesión del inmueble. Sin embargo, esta concesión no exime a los Gallos Blancos de cumplir con obligaciones contractuales que, en caso de incumplimiento, podrían llevar a la rescisión del contrato.
Derivado de los hechos violentos ocurridos en marzo de 2022, han existido rumores sobre la rescisión del contrato de comodato y la venta del estadio. En este contexto, el gobierno de Querétaro, encabezado por el gobernador Mauricio Kuri, ha señalado que la administración del estadio es responsabilidad de privados. Esto incluye aspectos de seguridad, una cuestión que cobró relevancia tras los hechos violentos durante un partido de la Liga MX. Sin embargo, esto no ha ocurrido hasta el momento y los Gallos continúan jugando en el Corregidora. Este acuerdo refleja la intención de mantener el recinto como un espacio dinámico y abierto a la comunidad, aunque también plantea desafíos en términos de responsabilidad y administración.
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Eventos históricos y culturales en el Corregidora
El Estadio Corregidora ha sido testigo de eventos deportivos de talla internacional, como partidos del Mundial de 1986 y encuentros de equipos nacionales e internacionales. Asimismo, ha servido como sede para conciertos, exposiciones y eventos culturales de gran envergadura, consolidándose como un espacio multifuncional que trasciende el ámbito deportivo.
Un ícono con su historia propia
Más allá de su funcionalidad y relevancia cultural, el Estadio Corregidora ha estado rodeado de mitos y leyendas, como la historia no confirmada de que fue construido sobre un antiguo panteón, lo que algunos asocian con una supuesta "maldición" que ha afectado a los equipos locales con su “maldición”.
Pese a estas historias, el estadio se mantiene como un símbolo de orgullo para Querétaro y un recordatorio de la pasión deportiva que define a su gente.
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A 39 años de su inauguración, el Estadio Corregidora sigue siendo un referente arquitectónico, cultural y deportivo, así como un testimonio del compromiso de Querétaro por destacarse en el ámbito nacional e internacional. Su legado trasciende el fútbol, convirtiéndolo en un verdadero ícono del estado.
