La flota pesquera en alta mar, una actividad poco regulada y que provoca graves deterioros a los ecosistemas marinos, está conformada principalmente por barcos y buques de seis países en el mundo.
Un estudio publicado hoy en la revista Science Advances revela que el 77 por ciento de los barcos que explotan las aguas internacionales para pesca provienen de China, Taiwán, Japón, Indonesia, España y Corea del Sur, países que además pagan una gran cantidad de dinero para financiar esa actividad que está dañando los ecosistemas marinos y sobreexplotando los recursos pesqueros en el mundo.
El estudio, que tiene como autor principal a Enric Sala, investigador de la National Geographic Society, indica que en 2014, el costo de la actividad pesquera en altamar oscilaba entre 6 mil 200 y 8 mil millones de dólares, mientras que las ganancias obtenidas alcanzaban apenas mil 400 millones de dólares, lo cual ni siquiera cubría el gasto. ¿Entonces cuál es la ganancia de la pesca en alta mar? ¿Por qué los países siguen financiado esa actividad?
Enric Sala, fundador del proyecto “Pristine Seas”, que combina exploración e investigación a favor de la protección de las zonas salvajes de los océanos, apunta que posiblemente algunas empresas estén explotando más recursos pesqueros de lo que informan a las autoridades marítimas y ganando más dinero de lo que reportan.
“De las 23 zonas protegidas a nivel internacional, 13 están siendo sobre explotadas y hay muy poco control de lo que ocurre en alta mar; ahora tenemos equipos satelitales que nos permiten saber con exactitud dónde y cuánto están pescando los barcos. Eso nos permite tener cierta interferencia porque hasta ahora los países no habían sido muy transparentes en cuanto la pesca en aguas internacionales”, comenta en entrevista con EL UNIVERSAL el biólogo marino de origen catalán.
Imagen de un tiburón que fue víctima de pesca de arrastre en el Atlántico Norte. Foto: EFE/Kate Davison, archivo
Estas interpretaciones son dadas a conocer en la investigación que se publica hoy y que es liderada por este explorador de Natgeo, quien trabajó junto a investigadores de la Universidad de Santa Bárbara, el Global Fishing Watch y la iniciativa Sea Around Us (“El Mar Que Nos Rodea”), de la Universidad de Columbia Británica y la Universidad de Australia Occidental.
Esa investigación, explica vía telefónica Sala, se logró gracias al uso de de datos satelitales que les permitió monitorear la actividad de tres mil 620 navíos que operaban en mar abierto en 2014 y comparar esa información con los datos mundiales de pesca que posee Sea Around Us, una iniciativa dedicada a evaluar el impacto de la pesca en los ecosistemas marinos del mundo.
“Esta industria provoca un daño económico enorme a nivel global. Nadie tenía hasta ahora los datos económicos de lo que cuesta y lo que se gana con esta actividad, nadie sabe el beneficio económico de lo que se está pescando, porque no es una actividad transparente”, dice el investigador.
A partir de esta investigación, sostiene Sala, es posible saber ahora qué países están pescando, el tipo de pesca que realizan y cuál es la rentabilidad económica de la pesca en aguas internacionales. Explica que si se consideran los recursos que las empresas pesqueras gastan para desplazar grandes buques a aguas internacionales, mantenerlos funcionado y transportar los recursos pesqueros a sus países, se observa que es una actividad que requiere grandes cantidades de dinero, lo cual solo es rentable con subsidios de los gobiernos y la mano de obra barata, principalmente para países como China y Taiwán, que ocupan los primeros lugares en la explotación de recursos pesqueros.
Además de los daños económicos que provoca esta actividad a nivel internacional, están los efectos ambientales, plantea el biólogo marino. “La pesca más destructiva es la de arrastre, que utilizan una red enorme y arrastra todo lo que hay en el fondo marino. Para darte una idea, hay algunos barcos de pesca de arrastre que tienen hasta 120 metros de longitud, las redes son tan grandes que dentro caben varios aviones y esas redes arrastran todo, matan todo, incluyendo corales que pueden tener miles de años de vida”, alerta.
El caso de México
El estudio coloca a China, Taiwán, Japón, Indonesia, España y Corea del Sur, como los países que tienen una gran industria pesquera en alta mar. Y aunque México no ocupa los primeros lugares, esta investigación ofrece algunas cifras sobre la explotación de recursos pesqueros que el país está realizando en aguas internacionales.
El estudio arroja información de la explotación de recursos pesqueros en aguas internacionales que hace México. Foto: Especial
De acuerdo con este estudio, la flota pesquera de alta mar de México está compuesta por al menos 28 buques que operan exclusivamente en el Pacífico Tropical Oriental.
En 2014, según el informe, “la flotade alta mar de México desembarcó 107 mil toneladas de pescado, con un valor de 252 millones de dólares”.
“Estimamos que la gran flota de México recibió 32 millones de dólares en subsidios del gobierno”, indica el estudio.
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