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Un nuevo estudio reveló que la respuesta inmunitaria, frente al Covid-19, es desatada en gran parte, por la predisposición genética de cada persona, motivada por antígenos leucocitarios humanos de clase I (HLA-1), un tipo de proteína encargada de diferenciar las células humanas de agentes patógenos que ingresan al organismo, como el SARS-CoV-2. Los expertos descubrieron que este tipo de moléculas funcionan como indicadores para conocer a las personas más susceptibles a padecer la enfermedad gravemente.
De acuerdo con expertos de la Universidad Nacional de Investigación de Rusia (HSE), la respuesta inmune es generada, principalmente, por genes heredados. De este modo, las células T producen mecanismos de defensa en el organismo humano con motivo de combatir las enfermedades infecciosas. Para lograrlo, los linfocitos T, como también se les conoce, actúan frente a los péptidos del virus que se hacen presente en las células infectadas, eliminándolas.
Los científicos expusieron que además de la presencia de las células T, los antígenos HLA-I, que forman parte de una familia de seis moléculas, ayudan a fortalecer el sistema inmune, que “es único en cada ser humano y se hereda de los progenitores”, además es “un factor importante para la respuesta inmunitaria a cualquier tipo de infección vírica”.
Stepan Nersisyan, autor principal del trabajo, expuso que durante la investigación descubrieron que los individuos con genotipos HLA específicos están más predispuestos a contraer Covid-19 grave. Y en cambio, los genotipos “fuertes” se desasocian de un curso fatídico de la enfermedad.
El trabajo, publicado en “Frontiers in Immunology”, basó su método en un modelo de aprendizaje automático con el que evaluaron integralmente la posible potencia de la respuesta inmunitaria de las células T ante el Covid-19. Esta estrategia fue aplicada a 100 pacientes recuperados de la enfermedady a 400 personas sanas moscovitas, estudiando los genotipos de cada uno de ellas.
“Si el conjunto de alelos (versiones del gen) HLA-I permite una presentación eficaz de los péptidos del virus del SARS-CoV-2, esos individuos recibieron una puntuación de riesgo baja, mientras que las personas con menor capacidad de presentación recibieron puntuaciones de riesgo más altas”, aseguraron los investigadores.
En el caso, de un estudio simultaneo aplicado en voluntarios españoles, los especialistas advirtieron que, “la alta precisión de la predicción se confirmó también en esta muestra independiente: la puntuación de riesgo de los pacientes con Covid-19 grave fue significativamente mayor que en los pacientes con casos moderados y leves de la enfermedad”, puntualizaron.
Alexander Tonevitsky, otro de los responsables de la investigación, explicó que este modelo también es aplicable en la evaluación de las nuevas mutaciones del SARS-CoV-2 para conocer cómo estas afectarían el desarrollo de la inmunidad de las células T contra el virus. “Por ejemplo, podremos detectar grupos de pacientes en los que la infección con nuevas cepas del virus puede dar lugar a formas más graves de la enfermedad”, detalló.
Por su parte, Stepan Nersisyan agregó que en un escenario donde impere la escasez de vacunas, “el conocimiento de las personas con genotipo HLA de riesgo podría priorizar a este grupo para la vacunación”. Del mismo modo, “saber tu propio grupo de riesgo puede motivar a las personas a mantener una distancia social más responsable, a llevar mascarilla y a hacer otras cosas para estar más seguras”.