Más Información
Está a punto de entrar en fase de pruebas con humanos el primer riñón biónico de la historia. Con él se pretende dejar atrás las hemodiálisis, único tratamiento efectivo hasta ahora, para pacientes cuyos riñones no funcionan de manera adecuada.
Este riñón artificial combina elementos electrónicos y orgánicos, tiene un tamaño similar al órgano natural y se espera que represente un cambio de vida para aquellas personas que deben pasar más de cinco horas conectados a una máquina que realiza la función que sus riñones ya no pueden. El nuevo dispositivoforma parte del Proyecto Riñón (PR).
El dispositivo fue desarrollado por un grupo de universidades de Estados Unidos como parte de un programa al que llamaron Proyecto Riñón. "Estamos creando un dispositivo biohíbrido que puede imitar al riñón capaz de eliminar suficientes productos de desecho como para que el paciente pueda prescindir de la diálisis", señala el doctor William H. Fissell IV, nefrólogo y profesor del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee (Estados Unidos).
Este riñón artificial, que se implanta quirúrgicamente, incorpora un microchip de silicio que funciona como un filtro, así como células renales vivas y según este nefrólogo “funcionará bajo el impulso del corazón del paciente, filtrando la corriente sanguínea que lo atraviesa”.
Llevará componentes biológicos y tecnológicos y será de un tamaño adecuado para ser implantado en el cuerpo del paciente. “La clave de este dispositivo es su microchip, en el que se utilizan los mismos procesos de la nanotecnología del silicio, que fueron desarrollados por la industria de la microelectrónica para los ordenadores y equipos informáticos”, según Fissell.
“Cada dispositivo tendrá aproximadamente quince capas de microchips filtrantes, una encima de la otra, las cuales serán además el andamio en el que se alojarán las células vivas de riñón que formarán parte de este dispositivo”, según Fissell.
Fissell y su grupo tienen en mente la utilización de células renales vivas que espera crezcan alrededor de los filtros de microchips, con lo cual podrían emular la función natural de los riñones, de acuerdo a la Universidad de Vanderbilt. “Estas células crecerán y formarán una membrana que será capaz de distinguir qué productos químicos son nocivos y cuales son beneficiosos, para filtrarlos y que luego el cuerpo pueda reabsorber los nutrientes que necesita y desechar los residuos de los que necesita deshacerse”, explica el doctor Fissell.
gr