“No se desanimen, que esta experiencia les sirva para el próximo año”, dice una jueza del Décimo Concurso Nacional de Robótica RoboUAQ, quien, un tanto decepcionada, ve cómo sus creaciones no pudieron sortear los obstáculos. Los chicos, sin embargo, se ven contentos por el resultado obtenido y el trabajo realizado en equipo.

Los jóvenes participantes en esta edición del concurso toman sus creaciones elaboradas con distintos materiales, algunos muy económicos, usados con mucha creatividad.

El Auditorio de Usos Múltiples de la Facultad de Contaduría de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) es el espacio para la muestra del trabajo que desarrollan los participantes.

Fuera, en una pirámide escalonada, los robots de la categoría “Escaladores” deben subir para ganar el concurso en esa especialidad de los rovers —vehículos de exploración espacial—.

Bajo el sol del mediodía queretano, los jóvenes afinan los detalles de sus robots. Unas mesas bajo unas carpas les sirven para colocar sus computadoras. Los equipos, conformados por igual número de hombres y mujeres, apuran el paso hacia las mesas. Deben reprogramar y corregir los errores de las máquinas antes de 40 minutos, cuando se lleve a cabo la final.

Dentro del auditorio están dispuestas las diferentes pistas, donde los robots especializados en distintos rubros compiten. Alrededor de las pistas se reúnen los muchachos que analizan las maniobras de las máquinas de sus compañeros; se emocionan cuando sus creaciones se quedan a nada de concluir los recorridos sin salir de la pista dos veces y en el menor tiempo posible, pues las participaciones son contra reloj y con tres oportunidades.

Mientras, canciones de grupos de rock de los noventa y ochenta suenan de fondo, aunque muchos de los jóvenes universitarios aún no nacían cuando esas pistas eran éxitos. Los robots recorren las pistas en las categorías que se anuncian por medio del sonido del local.

Los equipos se preparan cuando escuchan que son llamados al escenario. En las mesas colocadas en los costados del auditorio los equipos trabajan de manera veloz: deben de programar sus robots antes de entrar a la pista, a fin de que hagan lo que deben hacer.

Lo mismo la joven rubia de larga cabellera, con gesto de preocupación y concentrada totalmente frente a la laptop, que el muchacho de cabello rizado y alborotado que trata que el robot suba por una rampa y siga una línea en la pista, trabajan con el tiempo encima.

En la categoría “Balancín” los equipos deben hacer que sus robots recorran un camino serpenteante, y luego subir una rampa para poder terminar el circuito.

Uno de los robots lo hace de manera correcta, hasta que tiene que enfrentar la subida. Ahí, se detiene, intenta ascender siguiendo su programación, pero los 45 grados de pendiente son mucho y cae. El equipo que lo elaboró recibe el aplauso de los presentes, quienes disfrutaron del recorrido que hizo el aparato casi de manera perfecta.

Los otros robots que se balancean en dos ruedas no logran sortear la subida, les falta energía para continuar. Los tres participantes se quedan a nada de superar el reto. Los integrantes de los equipos, más que frustrarse por el desatino, se muestran contentos con el resultado.

Los robots de la categoría “Rescate” deben seguir un camino hasta llegar a la zona marcada en la pista como la área de rescate. Quizá un error en la programación de los sensores, o una pista muy elaborada, impiden que los robots sigan toda el camino hasta su destino final.

Algunos jueces analizan el trabajo de los muchachos, estudian los movimientos y hacen sus anotaciones en sus cuadernos; otros se toman el tiempo que hacen los robots en maniobrar o cuánto del recorrido completaron de manera correcta.

Otros de los robots deben sortear un laberinto, recorrer la pista de manera correcta. Esta categoría emociona a los muchachos, pues además de que los aparatos son compactos, son llamativos en sus diseños.

En el evento, que se llevó a cabo el 16 y 17 de mayo, participaron más de 120 jóvenes de diferentes universidades en las categorías Balancín Autónomo, Robot Limpiador, Robot Laberinto Minimouse y Robot Escalador. También hay dos categorías para estudiantes de bachillerato: Lego Misión Desconocida y Robot de Rescate.

Asimismo, el evento se efectuó como parte de las actividades del XV Congreso Internacional de Ingeniería (Coniin), por iniciativa de la Facultad de Ingeniería.

A los jóvenes sólo les queda esperar los resultados del concurso, los cuales se darán a conocer durante la clausura del evento. Las muchachas y los chicos aprovechan para tomarse selfies o hacer transmisiones en vivo para Facebook, ya que los nervios y el estrés disminuyeron.

Recogen sus computadoras, guardan sus herramientas, intercambian comentarios, se gastan bromas y se van con experiencias nuevas para el próximo año.

Google News

TEMAS RELACIONADOS