La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, prometió hoy que destinará las monedas que se recaudan en la Fontana di Trevi y las del resto de sus fuentes a Cáritas, después de que el ente diocesano viera peligrar estos fondos con los que ayuda a los pobres.
"Garantizo, yo, en primera persona, que no se le restará una sola contribución de esta administración. Sobre las monedas, confirmo que seguirán a disposición de las actividades caritativas del ente diocesano", afirmó Raggi en declaraciones al diario vaticano "L'Osservatore Romano".
Raggi, del antisistema Movimiento Cinco Estrellas, celebró este lunes una reunión para estudiar si finalmente cambiaba la ordenanza por la que las monedas que los turistas arrojan a la popular Fontana di Trevi pasarían de destinarse a Cáritas, como ocurre ahora, a proyectos de conservación de los monumentos de la capital.
La ordenanza, que data de 2017, estipulaba que los cerca 1,5 millones de euros que se recogen anualmente en la fuente fueran gestionados directamente por el Ayuntamiento, lo que ya había provocado críticas y una primer aplazamiento de su puesta en marcha hasta 2019.
El pasado 28 de diciembre, el Ayuntamiento de Roma volvió a postergar la aplicación de esta ordenanza hasta el 1 de abril de este año y se reavivó de nuevo la polémica.
Según esta ordenanza, el uso de las monedas, que como tradición lanzan los turistas con el deseo de volver a visitar la Ciudad Eterna, estaría gestionado por la empresa municipalizada ACEA, que se ocupa de servicio de aguas de la capital y del mantenimiento de las fuentes monumentales de Roma y que era ya la encargada de recoger y limpiar la Fontana de Trevi.
La alcaldesa subrayó al diario vaticano que nunca se ha planteado la posibilidad de "privar a Caritas de estos recursos" y destacó que la organización "desarrolla una labor importante para tantas personas necesitadas y para Roma, que quiere seguir siendo la capital de acogida de los más débiles".
Por ello, apuntó, la empresa ACEA será la responsable de recoger estas monedas y descontará el gasto de esta labor al total recuperado para entregar el resto a Caritas.
En 2001, el entonces alcalde de Roma, Francesco Rutelli, decidió donar todo el dinero que se recogía de la fuente a Cáritas, institución dependiente de la Iglesia Católica que se ocupa de los desfavorecidos.
Cada tres meses, Cáritas proporcionaba a la municipalidad un informe de cómo se habían gastado las monedas de la Fontana de Trevi, sobre todo para proporcionar refugio a las personas sin hogar, un comedor social y la creación de los emporios de solidaridad o supermercados gratuitos para los más pobres.
Según Cáritas Roma, estos recursos suponían el 15 por ciento de su presupuestos.
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