Un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology sugiere que a veces el atractivo físico puede resultar un problema cuando se postula a determinados tipos de trabajos. La publicación analiza los estereotipos que los contratantes emplean inconscientemente a la hora de seleccionar al personal.

La investigación, liderada por Margaret Lee, de la London Business School, desarrolla cuatro estudios científicos para comprender cuánto afecta el grado de atractivo a la hora de ser contratado para un empleo considerado de “bajo nivel” en la sociedad. Para probar su hipótesis, los especialistas realizaron cuatro experimentos que incluyeron más de 750 participantes.

Ser guapo tiene su lado negativo en el mundo laboral
El resultado concluyó: no siempre es bueno ser guapo. Concretamente, al solicitar puestos percibidos como menos deseables (como ser empleado en un restaurante de comida rápida), los candidatos físicamente atractivos pueden ser discriminados, apuntan los investigadores.

Según los científicos, este hecho se da ya que las empresas buscan emplear personas que estén satisfechas con sus trabajos; sin embargo, el prejuicio de que las personas atractivas tienen mayores expectativas los lleva a creer que esos candidatos no estarán contentos con su trabajo, por ello habrá bastantes posibilidades de que no los contraten.

"Nuestra investigación sugiere que las personas atractivas pueden ser discriminadas en la selección de trabajos relativamente menos deseables. Esto contrasta con una gran cantidad de investigaciones que concluyeron que el atractivo, en general, ayuda a los candidatos en el proceso de selección", explicó Margaret Lee.

Por otra parte, estos resultados rechazan otra hipótesis que se emplea a menudo sobre la contratación laboral. Los investigadores concluyen que la percepción que tienen los empleadores sobre su propio atractivo no les lleva a discriminar a posibles candidatos atractivos.

"Nuestra investigación sugiere que las personas atractivas pueden ser discriminadas en la selección de trabajos relativamente menos deseables. Esto contrasta con una gran cantidad de investigaciones que concluyeron que el atractivo, en general, ayuda a los candidatos en el proceso de selección", explicó Margaret Lee.

Por otra parte, estos resultados rechazan otra hipótesis que se emplea a menudo sobre la contratación laboral. Los investigadores concluyen que la percepción que tienen los empleadores sobre su propio atractivo no les lleva a discriminar a posibles candidatos atractivos.

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