“Está difícil, sabemos que es un ámbito hostil, que es la Cámara más conservadora [el Senado], pero nosotras estamos planificando una fiesta en las calles y me parece que esa va a ser la imagen, decidan lo que decidan”, asegura Laura Salomé Canteros, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Argentina.
En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL, la activista dice estar consciente de que, de aprobarse hoy la legalización del aborto, la democracia estaría pagando una deuda, aunque sabe que el camino no será fácil. “Si votan en contra, se van a arrepentir de haber quedado a un costado de la historia, eso es lo que nosotras decimos; esperamos, por supuesto, que voten positivamente, pero sabemos que es difícil”.
En un país donde el aborto está severamente restringido desde 1921, el debate nacional en torno al tema ha roto el silencio sobre una cuestión que durante mucho tiempo ha sido tabú en Argentina.
Salomé Canteros apuntó que la división entre los que están en contra y a favor no debería existir, ya que se lucha por el derecho de las mujeres a decidir y no correr riesgos.
“Es una postura muy mediática, es muy del país y del mundo querer entender esto como el bien y el mal (...) Para nosotras no hay tal división, nosotras no obligamos; si alguien está en contra del aborto, le diríamos que está en todo su derecho, que no tiene que ver con cuestiones personales, sino con una política pública que está tratando de garantizar un acceso a un derecho, en este caso, a la salud”, asegura.
El Senado argentino inicia hoy el debate de un proyecto de ley para la legalización del aborto, dos meses después de su aprobación en la Cámara de Diputados. Se prevé que la sesión sea intensa y larga, y la votación, reñida. La iniciativa establece que toda persona gestante tiene derecho a interrumpir su embarazo durante las primeras 14 semanas.
De paralelo a la sesión, miembros de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito realizarán frente al Congreso una vigilia y diversas actividades. “Planificamos aproximadamente entre cuatro y seis cuadras de circuito en la ciudad con tres escenarios, pantallas y carpas donde habrá talleres durante todo el debate. Suponemos que llevará aproximadamente entre 12 y 14 horas (si es que se dio como en Diputados). En los escenarios habrá intervenciones y bandas en vivo, además de la transmisión de lo que sucede en el Senado”, indicó la activista argentina.
En caso de que el proyecto de ley sea avalado, Canteros dijo que la lucha no termina ahí y está consciente de que se enfrentarán a una serie de problemas para pelear por la implementación de la ley.
“Hay sectores antiderechos operando en lo que llamamos ‘la corporación médica’. Sabemos que habrá instituciones privadas que van a declararse objetoras de conciencia en su totalidad y van a seguir las amenazas contra los activistas de la campaña”, indicó.
Agregó que también prevén participar en lo que será el monitoreo por la implementación de la ley.
Para que la ley sea aprobada se necesitaría el sí de al menos dos tercios de la Cámara Alta, que está conformada de 72 senadores y senadoras. De lo contrario el texto volvería a Diputados para modificaciones y sería hasta el próximo año cuando podría volver al pleno.
Si así fuera el caso, Canteros señaló que seguirán luchando, ya que no existiría otra forma de entender lo que han logrado.
El movimiento a favor de la despenalización del aborto en Argentina se ha retomado en Chile. Para Laura Salomé Canteros esta es una forma de entender que en el pañuelo [la pañoleta de color verde que las caracteriza] hay más allá de un símbolo.
“El crecimiento de esta campaña y este contagio a otros países es un salto organizativo para todas nosotras (...) Se está contagiando esa historia. Es como mucho más que una lucha por el derecho al aborto. No es sólo pelear por disputar o por la modificación de un código penal, es pelear por el reconocimiento de nuestras soberanías sobre nuestros propios cuerpos”, asegura.
La activista explicó que el pañuelo verde retoma un poco la tradición de las abuelas y madres de la Plaza Mayo y que la elección del color fue para deslindarse de todos los partidos políticos.
“Elegimos el verde y lo empezamos a usar como símbolo de la campaña y hoy es masivo. El pañuelo se vende en todas las esquinas de Buenos Aires y es muy emocionante”, apuntó.
Canteros aseguró que en diferentes ciudades de Latinoamérica y de otros continentes han convocado un “pañuelazo” internacional en apoyo a la lucha de las mujeres en Argentina.
Es así como la campaña por la ley de la legalización del aborto en Argentina dará respuesta a un reclamo que el movimiento feminista lleva reivindicando 13 años.
De aprobarse, Argentina sería el segundo país en legalizar el aborto, después de Uruguay.
Según estimaciones oficiales, en Argentina se practican 354 mil 627 abortos al año. Unicef calcula que nacen anualmente casi 3 mil bebés de niñas de entre 10 y 14 años. De acuerdo con Amnistía Internacional, el aborto clandestino es la principal causa de muerte materna en 17 de las 24 provincias del país sudamericano.