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En los tendidos de la Plaza de Toros Santa María se congregaron aficionados de la fiesta brava y amantes de la charrería mexicana, quienes en una tarde sin precedentes, fueron testigos de la primera Corrida Charrotaurina, donde las dinastías Hermoso de Mendoza y Silveti compartieron cartel.
El evento arrancó con la participación de la joven agrupación de escaramuzas Tuitan, quienes ataviadas con los característicos trajes de Adelita en blanco y bordados en tono salmón, ejecutaron su show con gracia, al ritmo del tema musical “La fiesta del mariachi”.
Siguió el tradicional paseíllo, en el que el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, junto a su hijo y novillero, Guillermo Hermoso de Mendoza, además del matador Diego Silveti y su hermano Juan Silveti, partieron plaza para continuar con el afamado paso doble “Cielo andaluz”.
El primero en saltar al ruedo fue Pablo Hermoso, quien hizo gala de su habilidad ecuestre para enfrentarse a “Faraón” de 481 kilos, seguido de su primogénito Pablo, quien pese a conseguir las palmas de los aficionados, tuvo que descabellar.
Aunque Diego Silveti tampoco tuvo éxito con la faena, su hermano Juan, quién se estrenó en la Santa María, puso en alto el nombre de sus antepasados, gracias
a una estocada certera que lo hizo merecedor de la única oreja de la noche, a petición del público.
Las trompetas y guitarras de los mariachis acompañaron a los asistentes a la salida, donde personalidades como “El Pollo” Torres Landa dieron su opinión.
“Es desafortunado que Guillermo y Pablo hayan pinchado a sus toros y Silveti al último, si no, hubiéramos visto varias orejas”, dijo.