El salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca fue uno de los miles de turistas que arribaron el jueves 22 de mayo de 1997 en avión a la Ciudad de México. Pero su viaje tuvo otro objetivo: dos días después detonó una bomba en la sucursal de Cubanacán, una empresa estatal turística de Cuba en la capital mexicana y el domingo 25 salió presuroso de México. Con fama de matón y de frialdad, Chávez fue una pieza de la red que el anticastrista cubano Luis Clemente Faustino Posada Carriles dirigió en esa época desde Centroamérica.
Con 90 años, Posada murió al amanecer del pasado 23 de mayo en un hogar del gobierno de Estados Unidos para veteranos en Miami, Florida, y cerró uno de los capítulos más violentos del anticastrismo y en el que México figuró como escala. Dirigida desde EU y con El Salvador como base para atentar contra objetivos turísticos del régimen cubano dentro y fuera de la isla, el grupo de Posada actuó en México y Bahamas, con nexos en Costa Rica, Honduras, Guatemala y República Dominicana.
La principal acusación de Cuba contra Posada fue por la muerte de 73 personas por la explosión de una aeronave de Cubana de Aviación al despegar de Barbados a La Habana, el 6 de octubre de 1976. Las andanzas de Posada fueron reveladas por el investigador cubano Julio Lara Alonso, fallecido especialista del Ministerio del Interior de Cuba (MININT) en su libro La verdad irrebatible sobre el crimen de Barbados.
Documentos del MININT mostraron que la red de Posada fue un brazo paramilitar de la anticastrista Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) para atentar Cuba y en los viajes al exterior del entonces presidente cubano Fidel Castro Ruz, fallecido en 2016. La FNCA rechazó las acusaciones. De abril a septiembre de 1997, el sector turístico cubano fue sacudido por 11 atentados terroristas atribuidos por Cuba a la FNCA. De los 11, nueve fueron en hoteles y en un restaurante de Cuba y dos en sucursales en México y Bahamas.
Chávez fue capturado el 1 de julio de 2010 en Venezuela, con pasaporte guatemalteco falso a nombre de Carlos Adolfo González Ruiz y en un supuesto plan desestabilizador contra el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez Frías (1954-2013). Remitido por Venezuela a Cuba, al salvadoreño se le juzgó en La Habana en diciembre de 2010 y se le sentenció en 2011 a 30 años de prisión por terrorismo.
Posada y tres anticastristas cubanos fueron detenidos en Panamá en noviembre de 1999. Pese a que Cuba pidió la extradición de Posada para juzgarlo por terrorismo y otros delitos, Panamá lo indultó en agosto de 2004 con Remón, Jiménez y Novo.
Tras salir de la cárcel en Panamá, los cuatro viajaron a Honduras. Luego de moverse en secreto en el Caribe, Posada entró en marzo de 2005 a EU y quedó preso en Texas por mentir sobre su ingreso. La Justicia de Texas lo liberó en 2007 y lo envió a Miami en arresto domiciliario y lo absolvió en 2011 de 11 delitos migratorios. A partir de 2011 vivió retirado en Miami.
GR