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Uno de los alimentos favoritos de los mexicanos, las tortillas, son ahora elaboradas con harina de chapulín como una propuesta alimenticia de alto valor proteínico, económica y de consumo popular, por parte de Fabiola Curiel Ayala, docente de Químico Farmacéutico Biotecnólogo y Nutrición en la Universidad del Valle de México, Campus Querétaro.
El proyecto del cultivo de chapulines como apoyo en la alimentación sustentable surgió como una propuesta del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en Querétaro, para ayudar a comunidades de escasos recursos.
“Sabemos que los insectos tienen alto contenido proteico, por eso escogimos a los chapulines”, indicó la académica.
Explicó que tiene en mente hacer otros cultivos, como el de gusano blanco, de maguey y otros insectos: “Ahora nos estamos enfocando en los chapulines, de ellos tenemos ya tres generaciones con las que hemos estado experimentando conforme a su alimentación, de tal manera que en las comunidades donde ofrecemos el proyecto, la gente no tenga que invertir en comprar algo especial para alimentarlos, simplemente hay que darles de comer desechos de vegetales”.
La docente comentó que la idea nació debido a que observaron que en las comunidades de escasos recursos no hay capacidad económica para adquirir alimentos ricos en proteína. Indicó que su equipo cultiva a los chapulines en jaulas de madera, cuyo tamaño puede adaptarse muy bien a los espacios en casas pequeñas.
Tradicionalmente, explicó Curiel Ayala, los chapulines se comen como botanas, se preparan con limón y chile, y son un alimento que los mexicanos consumen como nutrimento proteico. En los restaurantes se disfrutan como comida gourmet y alcanzan precios altos.
Existen diversos productos comestibles con base en este insecto. “La diferencia con nuestra tortilla de harina de chapulín, es que se come por la mañana, tarde y noche; niños, adultos y adultos mayores la pueden consumir durante todo el día”, señaló.
La académica dijo que con este producto se mejora la calidad de vida: “Un menor de edad nutrido, o una persona que va a trabajar y que tiene fuerza suficiente para estar bien alimentado, va a tener oportunidades mejores en su calidad de vida”.