Miles de manifestantes marcharon pacíficamente por las calles de Hamburgo el sábado para mostrar su desacuerdo con la cumbre del Grupo de los 20, horas después de que hombres con los rostros cubiertos causaron disturbios, saquearon negocios y atacaron a la policía con hondas y bombas incendiarias.
Los manifestantes pacíficos marcharon por una ruta cercana a la que fue escenario de la violencia durante la noche. Los manifestantes corearon, cantaron, bailaron y pusieron música mientras los líderes mundiales terminaban el segundo y último día de la cumbre en la ciudad alemana.
La multitud integrada por familias que llevaban a sus hijos en cochecitos de bebé, grupos de kurdos, socialistas escoceses y anarquistas que ondeaban banderas y gritaban frases anticapitalistas. Todos ellos iban acompañados por miles de policías.
Los organizadores informaron que cerca de 78 mil personas participaron, aunque la policía calcula que fueron 30 mil.
La reunión multitudinaria vino después de disturbios violentos en las primeras horas del sábado en el barrio de Schanzenviertel, a pocos cientos de metros de la sede de la cumbre.
Unas 500 personas saquearon tiendas y un supermercado en el barrio. Incendiaron coches y encendieron hogueras en algunas calles, además de crear barricadas con con botes de basura y bicicletas.
La canciller alemana, Angela Merkel, expresó estar conmocionada y enojada por “la violencia y brutalidad desinhibida” que azotó Hamburgo.
“No hay ni la menor justificación para el saqueo, incendio y ataques brutales a la vida de los policías”, dijo Merkel. Añadió que las fuerzas de seguridad “hicieron un trabajo excelente y les agradezco en nombre de todos los participantes de la cumbre”.
La mayoría de los manifestantes se movilizaron pacíficamente para reclamar medidas inmediatas contra el cambio climático y soluciones a la crisis de la migración, pero varios miles, algunos de ellos extranjeros, generaron el caos en la ciudad al enfrentar a la policía por segundo día, expresar su furia contra el capitalismo y la globalización y exigir la apertura de las fronteras europeas para todos los refugiados. Su furia no apuntó hacia los gobernantes sino hacia la policía como símbolo de la autoridad.
La policía arrestó a 143 personas, independientemente de 122 activistas que fueron detenidos por breve tiempo. Más de 213 policías sufrieron heridas desde el comienzo de las protestas el jueves por la noche. Ni la policía ni los bomberos saben cuántos manifestantes y civiles resultaron heridos.
Hamburgo es la segunda ciudad más grande de Alemania, tiene una fuerte presencia de la izquierda radical y muchos críticos advirtieron antes de la cumbre que las calles de la ciudad iban a ser difíciles de controlar y que probablemente iban a presentarse varios enfrentamientos.
Merkel defendió la elección de Hamburgo para ser sede de la cumbre. Dijo que se necesitaba una ciudad grande para acomodar a los participantes en hoteles. Agregó que su ministro de Finanzas iba a consultar al gobierno de la ciudad para ver cómo pueden ayudar a las personas que fueron afectadas por los disturbios.