El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el martes una ley que define el objetivo central de la NASA en las décadas venideras: las misiones tripuladas al espacio lejano, con el planeta Marte en la mira.
De acuerdo con el texto aprobado por una inusual unanimidad del Senado y la Cámara de Representantes, la agencia espacial estadounidense trabajará para lograr "una misión tripulada a Marte en el transcurso de la década de 2030".
La ley reafirma la importancia del programa Orion, una cápsula para volar más lejos que cualquier nave espacial construida para transportar humanos. Orion será lanzada al espacio por un potente cohete llamado "Space Launch System" (SLS).
"La NASA deberá continuar el desarrollo de SLS (...) para permitir la exploración humana de la Luna, de Marte y más allá en el próximo siglo", dice el texto.
Esta ley "reafirma nuestro compromiso con la misión central de la NASA: la exploración humana del espacio", dijo el presidente Trump al firmar el texto en presencia de numerosos legisladores, entre los cuales se encontraban dos de sus exrivales en las primarias republicanas: Ted Cruz (Texas) y Marco Rubio (Florida).
Alabando "el papel heroico" de los astronautas estadounidenses durante las últimas décadas, Trump recordó los primeros pasos del hombre en la Luna en julio de 1969, "un gran momento de nuestra historia".
"Nuestra nación está lista para volver a ser la primera en el espacio", agregó, abogando por que crezcan las alianzas con el sector privado y colocándose así en la misma línea de su predecesor demócrata, Barack Obama.
Unas semanas antes de dejar la Casa Blanca, Obama había hablado de "un objetivo claro para el siguiente capítulo de la historia de Estados Unidos en el espacio: enviar humanos a Marte en la década de 2030 y traerlos de vuelta a la Tierra sanos y salvos".
Los expertos coinciden: llegar al planeta rojo, que se encuentra a una distancia de 225 millones de kilómetros de la Tierra, requerirá una verdadera proeza técnica y un inmenso presupuesto.
Si bien la exploración del espacio profundo es una prioridad que une a legisladores republicanos y demócratas, el papel crucial de la NASA en el estudio del cambio climático podría, en cambio, desencadenar una dura batalla.
En un artículo de opinión publicado en SpaceNews poco antes de la elección presidencial, Robert Walker y Peter Navarro, dos asesores cercanos del magnate cuestionaron la tesis del cambio climático y criticaron que la NASA dedique parte de su trabajo a "la vigilancia ambiental políticamente correcta".