El príncipe Enrique de Dinamarca anunció el jueves que no desea ser enterrado junto a su esposa, la reina Margarita II, diciendo que está descontento por no haber sido reconocido nunca como su igual.
Enrique, de 83 años, se casó con la reina Margarita II en 1967 y fue luego designado como príncipe consorte, pero ha dicho en reiteradas ocasiones que le hubiera gustado ser nombrado rey consorte.
“No es un secreto que el príncipe durante muchos años ha estado descontento con su papel y el título que se le asignó en la monarquía danesa. Este descontento ha aumentado más y más en los últimos años”, dijo la directora de comunicaciones de la Casa Real de Dinamarca al tabloide BT.
“Para el príncipe, la decisión de no ser enterrado junto a la reina es la consecuencia natural de no haber sido tratado de la misma forma que su esposa, de no tener el título y el papel que él deseaba”, añadió.
El príncipe Enrique se retiró el año pasado de la vida pública y renunció al título de príncipe consorte. Desde entonces ha participado en pocos eventos oficiales y pasado gran parte del tiempo en su viñedo privado en Francia, aunque aún está casado con la reina y oficialmente viven juntos.
En Dinamarca, una princesa se convierte en reina cuando su esposo sube al trono. Se esperaba que el príncipe fuera enterrado junto a la reina, de 77 años, quien será sepultada en la Catedral de Roskilde en un sarcófago hecho por el artista danés Bjorn Norgaard. Nacido en Francia en 1934 como Enrique de Laborde de Monpezat, el príncipe tiene dos hijos con la reina, el heredero Federico y Joaquín.