Paty Ortega no se conformó con amar el té, sino que se convirtió en una experta. Salió del país para estudiar en la Escuela Argentina del Té y se convirtió en sommelier de esta bebida milenaria.
Hoy es fundadora de la marca mexicana ‘Tessito’, cuya primera sucursal se creó en Querétaro y se ha extendido a Monterrey y la ciudad de Torreón.
La madre de Paty murió en 2009, le dejó a su hija una modesta cantidad de dinero que Paty utilizó para materializar su sueño; fundar su propia empresa. Con ese dinero se convirtió en sommelier y abrió su primer negocio, en Plaza Dorada, donde hasta ahora opera Tessito.
La emprendedora cuenta con orgullo que la esencia de su madre está impregnada en cada parte de la empresa, pues lo que más amaban hacer cuando las dos estaban juntas era reunirse para tomar el té.
“Con mi mamá me gustaba mucho tomar té, en 2011 me voy a certificar como sommelier de tés a la Escuela Argentina de Té, soy la primera generación de esa escuela. Al final viajé mucho, tomé otros cursos de diseñadora de té, y ahora puedo decir que soy experta en mi producto, eso me diferencia de vender algo que te gusta a algo que conoces.
“Así comienzo Tessito en 2011, en mayo de este año cumplimos ocho años de estar operando. Ha sido un camino de mucho trabajo porque cada vez que ganamos una meta, buscamos alcanzar otra”.
Tessito es una marca mexicana de salones de té, cuyo objetivo es brindar a cada cliente una experiencia inolvidable de aromas y sabores. En el lugar no se encuentran los típicos tés de manzanilla o frutos rojos, a cada cliente se le muestra un pequeño baúl con 60 frascos diferentes, cada uno con una mezcla distinta, así es como del aroma nace el amor y la persona decide cuál bebida quiere tomar.
La marca ofrece más de 60 mezclas de té, todas creadas de forma exclusiva, lo que garantiza que las bebidas que se tomen ahí, sean frías, calientes o de tipo frappé serán únicas e inigualables, comenta Paty.
“Es como el pastel de chocolate, todos saben cómo prepararlo, pero cada persona tiene su toque secreto, eso hacemos en Tessito además de ofrecer comida tipo gourmet con la que pueden acompañar sus bebidas”.
El principal público de Tessito son los jóvenes millennials. Paty se dice sorprendida con la respuesta favorable de los jóvenes a este tipo de producto, lo atribuye a que las nuevas generaciones cada vez se acercan más a la comida saludable, pues en cada bebida de Tessito le agregan un concepto saludable y natural, no se utilizan endulzantes como pana o chocolate. “Buscamos que lo que tomes aquí no sea una bomba de azúcar”.
Una vez que Paty abrió la primera sucursal de Tessito en Plaza Dorada, se enfrentó al primer reto: difundir su producto y convencer a la gente de que sí valía la pena visitar un salón en dónde sólo se vende té.
El segundo obstáculo significativo en su trayectoria como emprendedora, comparte, fue el nacimiento de su hijo que ahora tiene dos años de edad. Confiesa que en ese momento estuvo a punto de vender todo porque sentía que no tenía suficiente tiempo para ser mamá y empresaria.
“Lo más difícil fue comenzar porque no había nada así, decirle a la gente que vendíamos sólo té, la gente no lo entendía. Por eso visitamos universidades, realizamos catas de té, activaciones, pasamos ese amor por el té a otras generaciones, definitivamente las generaciones nuevas sí tienen tendencias a buscar algo más saludable.
“Otro momento difícil fue cuando tuve a mi bebé, se me cerró el mundo, mi niño tiene dos años, es hacer malabares con mi tiempo cuando el niño debe ir a la escuela, cuando se enferma, etc. Ha sido padre y estresante porque cuando uno ve que un negocio tiene éxito cree que el dueño se está haciendo rico y no, uno es el último que cobra y cuando hay dinero antes que gastarlo piensas en qué lo vas a reinvertir. Cuando nació mi hijo yo quería vender todo, mi esposo me detuvo y me convenció de no vender mi esfuerzo de tantos años, de algo que me gusta tanto. Ahora nos encontramos en tres estados de la República, en Querétaro, Coahuila y Monterrey”.
Paty Ortega dice que sus sueños no tienen límites, por eso no se conformará con posicionar a Tessito como una de las marcas de té más importantes en México, quiere extender su empresa hacia el extranjero. Ya ha tenido las primeras propuestas para abrir una nueva sucursal fuera del país.
“Soy intensa, mi mente y mis sueños no tienen límites. Quiero crecer, estar institucionalizada. En 15 años yo veo Tessito como una marca fuerte e importante, ya no nada más a nivel nacional, sino fuera de México. Me da un poco de miedo pero si ya llegó una propuesta de empresarios internacionales, por qué no aprovecharla.
“El té es una bebida milenaria, jamás pasará de moda. Las nuevas generaciones están más habituadas a tomarlo, el té llegó para quedarse. A diferencia del café, con el té puedes crear infinidad de mezclas y fusiones, puedes enfadarte de uno y experimentar con otros sabores”.
Paty confiesa que sostener Tessito durante ocho años ha sido un abrir y cerrar de ojos, se sorprende de todos los obstáculos que ha sacado adelante para mantener a flote su empresa.
Recomienda a los emprendedores no tener miedo y tampoco escuchar consejos negativos, aunque generalmente éstos llegan de las personas más cercanas.
“Lo principal es no escuchar a quien no cree en ti y por lo general es tu familia, por ejemplo yo les comenté a mi papá y a mis hermanos sobre mis proyectos y los primeros que me desinflaban eran ellos, hoy entiendo que ellos tienen miedo, yo no. El otro consejo sería que la teoría es muy complicada, lánzate, haz las cosas a tu manera, debes tener siempre muy claro qué es lo que quieres, también es fácil perder el foco”, comparte Paty Ortega.