El gusto por el rodeo, la monta de toro, el estilo vaquero y un viaje a Saltillo, Coahuila, hicieron que Erick González Ángeles encontrara su oportunidad de desarrollo desde 2013, aunque no ha sido un camino fácil.
Con la creación de Rodeo Kids, el joven queretano de 32 años ingresó al mercado del entretenimiento infantil mediante un concepto que poco a poco ha cobrado auge en la entidad, gracias, principalmente, a la resistencia de Erick, que no claudicó en su esfuerzo y aguantó los altibajos de los primeros años para ahora vivir un momento de consolidación con la contratación en eventos prácticamente todos los fines de semana.
Concepto que con el paso de los años se ha transformado y ampliado su catálogo, pues además del rodeo para niños, Erick fue adaptando otros elementos para conformar una granja didáctica, con la que además de entretener a los pequeños, sobre todo en festejos de cumpleaños, les aporta mensajes sobre el cuidado de los animales y el ambiente, todo en un entorno totalmente vaquero.
Son cuatro años los que Rodeo Kids ha estado disponible para los queretanos e incluso otros estados vecinos del Bajío.
Varios años atrás se detonó el eje central del concepto, pues Erick, entre sus 18 y 23 años, se desempeñaba como jinete de toro de rodeo tipo americano “y desde ese entonces tengo el gusto por los animales, montar y también noté en ese tiempo que los niños querían participar, les llamaba la atención”.
“Siempre en los concursos o eventos de charrería, jaripeo o rodeo, los niños van porque piensan que es más agresivo, por el peligro de los animales, y no se le presta importancia, ni se les explica, así que me di cuenta de eso y más mi gusto por el rodeo, fue lo que me llevó a hacer este proyecto”, relató el joven.
Fue en Saltillo, Coahuila, donde Erick encontró elementos, con los que moldearía la idea final de Rodeo Kids
“En Saltillo encontré a la persona que hacía los toros mecánicos, Lupillo Aguirre, quien allá ofrece el concepto como Western Kids. Fue con lo primero que empecé un toro mecánico infantil”, mencionó.
Erick le comentaba su inquietud de hacer rodeos para niños al señor Aguirre, quien lo motivó a crear el proyecto de forma segura “de tal forma que no fuera peligroso ni agresivo para los niños, y que fuera didáctico, divertido y familiar”, comentó, un enfoque que permanece en cada evento que ofrece.
Erick reconoció que en Querétaro era un mercado difícil, “el tema vaquero aquí hace cuatro años estaba complicado, pero ahora, con toda la gente que ha llegado de Chihuahua, Saltillo, Zacatecas, donde estaban acostumbrados a este tipo de entretenimiento, el concepto fue cobrando mayor fuerza”.
El inicio de la empresa significó mucha resistencia de parte de Erick, pues “el primer año tuve uno o dos eventos de rodeo cada cuatro o cinco meses, lo que me sostenía era la renta del toro mecánico y unos juegos inflables, en lo que la gente veía de qué se trataba lo que ofrecía”.
Erick entró de lleno a internet dentro de Facebook donde pagó para publicitarse con mayor alcance; visitó escuelas “a ofrecer casi regalada mi chamba”, pues de un 100% el joven lo cobraba al 40% y lo mismo en campañas de todos los partidos políticos donde él absorbía la mayoría de los gastos “y sólo daban para la gasolina y la comida”.
Pero el esfuerzo valió la pena pues el negocio empezó a tener mayor movimiento “siempre cuidando la seguridad de los pequeños. A cada evento que llegaba, lo primero con lo que me encontraba era el temor de los papás de que sus hijos estuvieran bien”, aseguró Erick.
Con el paso de los meses, del reconocimiento en el mercado y las distintas necesidades externadas por las personas a las que se dirige, el joven se encargó de adaptar las temáticas que se ofrecen dentro del catálogo.
“Se necesitó mayor disciplina, pues el negocio empezó a necesitar constancia, limpieza, orden pues finalmente ofrecemos un servicio y como Rodeo Kids comenzó a posicionarse entre personas que quieren que salga todo bien sin hacer nada, eso mismo a mí me forjó para dar nuestro servicio”, señaló.
En 2015, Erick se independizó y comenzó a salir de Querétaro, al ser contratado en localidades de estados vecinos como Guanajuato y San Luis Potosí. Además fue la época en la que Erick decidió que era el momento de instalar una oficina para una mejor atención al cliente, que desde ese momento, en septiembre de 2015, se ubica en el número 10 de Calzada de Los Arcos, en la colonia San Francisquito.
Actualmente, Rodeo Kids, en los días de evento que son los fines de semana, labora un equipo compuesto por 10 personas.
Como en todo negocio hay altas y bajas, pero Erick sabe que los animales comen diario, “ellos no saben si hay o no hay, ellos piden y son parte primordial de nuestro concepto”.
Bombón es el pony que ha acompañado a Erick desde el inicio de su proyecto al que se le han sumado borregos, patos, pollos, conejos, una burra tortugas y acaban de recibir un caballo.
“Aquí no los maltratamos, incluso en los eventos y en las escuelas a las que vamos enseñamos que los cuiden, hay niños que nunca han visto una vaca o un caballo y se quedan sorprendidos, por lo que ya hay escuelas que nos buscan para el Día del Niño o sus cursos de verano para además de entretener a los niños dejarles un aprendizaje”, mencionó.
Todos los paquetes que ofrece Rodeo Kids tienen una duración de cuatro horas. En el caso de la granja, los trabajadores de la empresa se convierten en niñeros-granjeros, pues además de cuidar a los niños, les proporcionan alimento para los animales y les ayudan a cargarlos, acariciarlos y les explican sobre cómo cuidarlos, pues “hay niños que no miden su fuerza y aprietan a los animalitos”.
Para terminar les dan a los pequeños semillas de zanahoria, lechuga, maíz o jitomate, las siembran en ese momento y se comprometen a cuidarlas, como forma para generar conciencia del cuidado del medio ambiente desde edades tempranas.
Es así como Erick González dejó de montar toros por el riesgo de la actividad cuando formó una familia y supo dirigir su gusto por el rodeo para crear un proyecto para niños, que además de entretener deja importantes aprendizajes.