Luis Enrique Parada Tejeda aún es estudiante de Ingeniería Industrial en la Universidad Mondragón de Querétaro, pero también es dueño de su propia empresa. Luego de trabajar como asistente en varias fábricas de combustibles, decidió independizarse; consiguió un préstamo bancario, vendió algunos de sus bienes y compró su primer pipa de asfalto. Un año después, tiene clientes en Querétaro y Jalisco, a quienes distribuye asfalto y combustibles alternos que se utilizan sobre todo para máquinas en destiladas de agave.
“Era asistente de los directores de otras dos empresas, pero me di cuenta que no era tan difícil como lo plantean o como uno piensa, porque dicen la palabra empresa y te imaginas un edificio enorme de cristales, pero no es así, la empresa es sólo la definición legal”, dice.
El sueño de este emprendedor de 24 años surgió en las aulas de clase, donde la Universidad Mondragón ofrece a sus alumnos titularse mediante experiencia laboral o con la fundación de su propia empresa. Luis optó por la segunda opción.
El crecimiento de la industria en Querétaro y la llegada de más constructoras a la ciudad, motivó al joven queretano a enfocarse en el área de la construcción, vendiendo asfalto y combustibles para máquinas en distintas destiladoras de Jalisco.
La empresa de Luis Enrique, de nombre Combustibles Alternos y Derivados de Querétaro, comenzó a tener forma con la ayuda de sus maestros, pero cuando éste joven cerró su primer trato comercial, se dio cuenta que no todo se aprende en la escuela, y que en este punto el carácter del emprendedor es fundamental.
“Un día un proveedor me preguntó si yo podía venderle un material muy específico, le dije que sí, me atreví aunque no lo tenía, no sé cómo lo hice pero lo conseguí, lo traje de Salamanca, así le perdí el miedo a esto de la comercialización, porque sí te da miedo manejar esos volúmenes, con que pierdas un poco de material se pierde mucho dinero. Tenía unos contactos en ese lugar que también me ayudaron a conseguir el material y el transporte, todo los documentos, pruebas de laboratorio, lo necesario para transportarlo a Querétaro, el cliente me dio sólo dos días, pero lo logré. Esa vez no gané nada de dinero, creo que hasta perdí, pero así rompí el hielo con el primer cliente. No me deprimí, al contrario, me mantuve constante”, refiere.
Desde esa primera experiencia, Luis Enrique consolidó su forma de trabajar y se dispuso a salir adelante aunque se presenten nuevos retos, como el inconveniente con un tanque de asfalto que explotó cuando se gasificó y tuvo que comprobar que ese error no involucró a su empresa.
“El proceso logístico y de ventas sí me lo sé, pero me dí cuenta que no era tan sencillo ser la persona se representa a si mismo, tener tus propios problemas, por ejemplo hubo una explosión de un tanque de asfalto que se gasificó, era mío pero no fue un error de mi empresa, se solucionó y demostré que era un error ajeno a mí. Esa ha sido mi primera tempestad, porque te espantas, te imaginas en la cárcel. Aunque también tuve otros problemas como pagos, deudas, pero es parte de esto, si todo fuera fácil, cualquiera lo haría”, afirma.
La empresa de este joven emprendedor de 24 años, vende mensualmente 160 toneladas de asfalto a clientes de Querétaro y 60 mil litros de combustible a clientes de Jalisco. Cuando algún cliente requiere un tipo en especifico de combustible o asfalto, la empresa de Luis Enrique lo consigue en Salamanca, por medio de proveedores externos el material se modifica y se entrega al cliente tal y como lo pidió.
Ese es el sello que diferencia a su pequeña empresa, comenta el estudiante y emprendedor, “La diferenciación, sé que hay mucha competencia en este sector de negocios, pero mi empresa puede venderte volúmenes más pequeños de material, eso no lo hacen las grandes distribuidoras, y además conseguimos que el material se modifique según la necesidad del cliente”, asegura el estudiante.
En el último año, no sólo ha crecido la empresa Combustibles Alternos y Derivados de Querétaro, sino también su dueño, Enrique Parada, quien ya domina la estrategia para conseguir nuevos clientes y ha roto el paradigma de que la juventud es sinónimo de inexperiencia.
“Tengo que buscar a los clientes, a veces entre el mismo medio se recomiendan unos a otros, pero eso pasa una de cada diez veces, en la mayoría de los casos yo me presento en la empresas y ofrezco mis servicios. A veces la juventud no les da confianza, pero tú debes generar confianza, creer en ti, romper paradigmas. No me costó trabajo comenzar a conseguir clientes, ya había roto el hielo con esa primer experiencia”, asegura.
Luis Enrique Parada dice que no tiene fronteras cuando de extender su negocio se trata, hasta ahora ha distribuido materiales en Querétaro, Jalisco y en algunas ocasiones a Puebla, y si la oportunidad de crecer o aumentar su clientela surge en otro espacio, la tomará.
Uno de sus planes a futuro es reforzar la distribución de combustibles en Querétaro y crear un centro donde pueda almacenar el material, para de esa forma ahorrar tiempos y dinero.
“Entre mis planes a futuro quisiera poner un centro de almacenamiento aquí en Querétaro para que la logística y el proceso de entrega no sea tan complejo como hoy en día, porque me atrevo a decir que la logística en mi empresa debe simplificarse, si pongo este centro podría tener ahí combustible y asfalto y tenerlo más cerca cada vez que me lo pidan, así podría ahorrar tiempo y costos”, comenta.
A los nuevos emprendedores les recomienda aprovechar el uso de las tecnologías y no estancarse zonas de confort.
“Les diría a los nuevos emprendedores que aprovechemos la era de la información, hay muchos clientes, mucha industria, oportunidades hay muchas. Les diría que no se estanquen en una zona de confort, si realmente les nace hacer algo nuevo y crecer, que lo hagan. Querétaro desde mi punto de vista es un área de muchas oportunidades por su crecimiento industrial, debemos aprovecharlo. Yo siempre fui objetivo, sabía a lo que me aventaba, pero estaba decidido a hacer mi empresa y sabía que siempre iban a surgir problemas, pero para todo hay estrategias, esa es la clave”, concluyó.