La crisis provocada por la emergencia sanitaria causada por el virus SARS CoV-2 (coronavirus) impactó a muchas personas que perdieron sus fuentes de trabajo, pero para Eduardo Mendieta López, chef que se quedó sin empleo, fue el empujón para desarrollar productos alimenticios elaborados con chapulines como materia prima, y que promueve a través de las redes sociales.

Eduardo, licenciado en gastronomía, actualmente impulsa el Proyecto Chapul para hacer distintos alimentos con insectos comestibles, en específico chapulines, como una forma de obtener ingresos, pues perdió su empleo a causa del cierre de muchos comercios del sector gastronómico.

“Primero fue la necesidad de moverme y hacer algo para obtener mis ingresos, pero también ya tenía la idea. En la universidad estuve en proyectos de desarrollo de una pasa y un pan de chapulín, en la investigación estuve más atento a lo que se necesitaba para hacer mi propia iniciativa.

“A partir de que ahora me considero un emprendedor independiente quise explotar todas mis ideas que como chef se me ocurrían, como salsas, qué tipo de salsas, tipo de pan y pasta diferente”, dice.

El chef Eduardo trabajaba para una empresa de comedores industriales; sin embargo, durante la emergencia sanitaria se dio el cierre de algunas unidades y cancelaron los contratos debido a la contingencia.

Hasta el momento, el chef ha pensado en la elaboración de productos más mexicanos y más caseros, usando tecnología doméstica que le permita usar lo que tiene en el hogar.

Ha pensado, además, en los proveedores locales y negocios cercanos a su domicilio para apoyar la economía local. Para los chapulines recurrió a unos contactos que tiene en Oaxaca y que le mandan los insectos, aunque también busca un proveedor local de este producto para darle prioridad a una reactivación económica local.

Comenta que actualmente su producto estrella son las salsas, como la “macha”, con tres niveles de picante, todas con chapulines. Asimismo, salsa molcajeteada con chapulines, salsa de aguacate con chapulines, que es lo que más le piden sus clientes.

De la misma manera elabora harina para hot cakes con chapulines. Es la harina de trigo con los chapulines, para “que no esté tan alternativo para todas las personas”, además de que la inclusión de los insectos aumenta su valor nutricional con la proteína animal y es un desayuno que gusta casi a todas las personas.

Hay personas, indica, que le han hecho pedidos especiales, pero que no ha comercializado aún, porque no ha conseguido el embalaje adecuado para comercializarlo de manera regular, como es el caso de pan de caja y pastas, como el fetuccini fresco que prepara en su domicilio para que los clientes lleguen a prepararlo en casa en tres minutos, acompañado de una salsa boloñesa, también elaborada con chapulines.

Este producto aún está en periodo de prueba, al igual que la pasta para mole y atole champurrado. Naturalmente, con chapulines.

“Los chapulines tienen un sabor muy característico, porque se alimentan principalmente de alfalfa, y ese aroma se va a quedar, pero no es nada desagradable, y si lo sabemos combinar con otros ingredientes nos va a encantar”, comenta.

Por el momento y para preservar la salud y la sana distancia, Eduardo ofrece sus productos a través de internet y redes sociales, como lo es Facebook e Instagram, que ofrece muchas facilidades para ello.

La respuesta ha sido positiva entre amigos y conocidos que lo recomiendan entre sus contactos. Gracias a ello ha tenido ventas incluso de otros estados, como Puebla, Ciudad de México, Estado de México, no sólo para comprar, sino para ofrecerse como distribuidores oficiales del producto en esas entidades.

El joven supo aprovechar la oportunidad que le ofreció la emergencia sanitaria: “Es cuestión de no hundirse, sino de ver las oportunidades que hay. En estos momentos, para el sector gastronómico, es muy difícil. Es muy complicado encontrar trabajo, un empleo formal, entonces hay que hacernos nosotros mismos nuestras oportunidades.

“Nosotros mismos tenemos que aprovechar las herramientas tecnológicas. Si podemos hacer negocio sin necesidad de contagios, sin necesidad de cubrebocas. El e-commerce es lo que nos está salvando en estos momentos”, señala.

Comenta que muchos de sus conocidos dedicados a la gastronomía han recurrido a proyectos similares para salir adelante de la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria. Incluso, entre ellos mismos han creado una red de apoyo, donde unos y otros se recomiendan con sus clientes, para así crecer más rápido y reactivarse en lo local.

Eduardo explica que a pesar de ser un ingrediente muy tradicional de la cocina mexicana, aún hay mucha gente renuente a probarlos y darles una oportunidad, cuando son una fuente rica de proteína.

“En realidad son sabores desconocidos [los de los insectos] la gente no está familiarizados con ellos. Hay mucho miedo en la sociedad a lo desconocido, nada más porque nunca lo han probado antes. Es algo muy difícil para quienes estamos haciendo esto con insectos, pero esa es la labor nuestra”, puntualiza el chef Eduardo, quien confía que en el corto plazo su proyecto crezca.

Google News

TEMAS RELACIONADOS