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Cuando Gustavo Vallejo, mejor conocido como Doctor Veneno, se quedó repentinamente sin empleo tuvo que vender su colección personal de muñecos de superhéroes; las primeras ventas las realizó en varios mercados y tianguis.
Ocho años después de aquellas transacciones iniciales, Gustavo es dueño de la Juguetería Doctor Veneno, donde hay más de 10 mil piezas originales, entre juguetes y cómics.
Aunque no es la única tienda de juguetes de colección en Querétaro, esta tienda es de las más famosas, no sólo por la variedad de piezas y marcas a la venta, sino también por las labores altruistas que cada cierto tiempo realiza en hospitales, donde Gustavo y su familia llevan alegría a los pequeños que se encuentran internados.
Inicio
Gracias a un chiste familiar, Gustavo Vallejo llamaba Doctor Veneno a su padre, quien en vida fue médico. Años después, él mismo heredaría el sobrenombre y su negocio se llamaría de la misma forma.
La historia de esta tienda de juguetes de colección inició hace ocho años, cuando Gustavo se quedó sin empleo y no tuvo más remedio que vender su colección personal de juguetes, misma que comenzó a formar 20 años atrás.
Con las piezas de colección tendidas en un trozo de tela sobre el piso fue como el Doctor Veneno realizó las primeras ventas. Recuerda que el día inicial obtuvo 400 pesos, suficientes para comprar leche y pañales para su hija.
Con el tiempo, destinó parte de sus ganancias a invertir en nuevos artículos. Poco a poco, las ventas se fueron multiplicando y ya no fue necesario vender en tianguis y mercados; pudo instalarse en un local establecido, actualmente en el número 32 de la calle Manuel Acuña, en el Centro Histórico de Querétaro.
Concepto
En la juguetería Doctor Veneno se tienen a la venta más de 10 mil piezas, entre muñecos, carritos y cómics. Todos son artículos originales de colección: la mayoría de estos son nuevos; algunos, usados.
En dicha juguetería pueden encontrarse piezas con valor desde 80 hasta 6 mil pesos; de marcas como Marvel, Star Wars o Disney, pues el lugar no se especializa en una sola. Cuando le preguntan a Gustavo Vallejo cuál es el objeto más valioso en su tienda, él responde “la atención al cliente”, pues el concepto de su juguetería es crear una atmósfera familiar, donde se promueva la convivencia entre padres e hijos.
“Aunque la persona muchas veces no concrete la venta, nosotros lo atendemos como si fuéramos miembros de su familia; queremos que viva la experiencia de estar cerca de los juguetes que tuvo o que nunca pudo tener en su infancia. Por otro lado, que los niños conozcan el valor de una pieza única, de colección”, comenta.
Gustavo Vallejo lleva ocho años atendiendo su negocio, pero dice con orgullo que es coleccionista desde hace tres décadas. Recuerda que su infancia no sólo estuvo rodeada de juguetes, también de hermosos momentos con sus padres.
“Mi colección comenzó por el amor que le tengo al juguete, no tiene que ver con una marca o con una caricatura, es por el recuerdo, por el bienestar que uno es capaz de brindar a un niño y a la familia completa, aunque ahora ya muchos padres prefieren sustituir la convivencia por tabletas electrónicas o celulares”, dice.
“Es muy gratificante ver que a la tienda llegan padres e hijos sorprendidos por los juguetes que tenemos aquí. Muchas veces, el adulto se identifica con los juguetes que le recuerdan a su infancia y puede compartir ese sentimiento con sus hijos. Es una forma de pasar tiempo juntos, de crear lazos”, menciona.
Gustavo Vallejo asegura que a su tienda acuden coleccionistas de todas las edades.
Problemáticas
Aunque no considera que atender la juguetería sea un empleo, sino su pasatiempo favorito, a lo largo de los años, Gustavo ha enfrentado dificultades financieras debido al giro incierto en el que se ubica su tienda.
“Tener este tipo de negocio implica tener una muy buena administración financiera; si no es así, te comen los impuestos. Por ejemplo, una persona viene y me vende una figura usada, la compro, pero a mí no me dan factura, y cuando yo vendo esa pieza posteriormente sí tengo que dar factura, reportar a Hacienda todos mis movimientos financieros”, explica.
Planes a futuro
El Doctor Veneno no se conforma con conseguir nuevas y exóticas piezas para venderlas a sus clientes, tiene varios planes pendientes.
Uno de ellos es el Museo del Juguete, en donde su colección personal de muñecos y carritos podría exponerse al público en general, fungiendo así como un sitio interactivo para que el público no sólo vea las piezas a través de una vitrina; también tiene en mente plantear a las autoridades de gobierno estatales la creación de un Museo del Cómic.