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En un contexto pandémico en el que el sector comercial se vio seriamente afectado por la suspensión de actividades sociales y comerciales, la franquicia como modelo de negocio ha fungido como una plataforma que mantiene a flote a los emprendedores.
A diferencia de los negocios independientes, el modelo de franquicias soporta a los emprendedores con estrategias financieras y conceptuales que le permiten tener economía sana y un mayor alcance para mantener a sus clientes, incluso llegar a nuevos consumidores.
Son varios los franquiciatarios que —aunque con dificultades— han sobrevivido a la pandemia de Covid-19; mientras otros han abierto sus sucursales en plena contingencia sanitaria; un ejemplo es el caso de Gabriela Sánchez Santana, emprendedora que hace nueve meses adquirió una franquicia de la marca Santas Alitas, misma que instaló en Querétaro.
Gaby, como la llaman amigos y familiares, tiene una amplia experiencia en el negocio de las alitas, pues durante más de 10 años trabajó para una empresa con este giro comercial. Fue después de una década cuando ella decidió dejar los asuntos administrativos de una empresa y empezó a construir su historia de emprendimiento.
Decidió apostar por el modelo de franquicias, y de esta forma se unió a la familia de Santas Alitas, empresa de origen tapatío, que ya cuenta con presencia en varias entidades del país. No obstante, a pesar de la amplia experiencia de Gaby en el sector comercial, la emprendedora confiesa que no fue fácil administrar un negocio propio en las condiciones en las que lo hizo, pues a inicios de este 2021, aún se tenían múltiples restricciones sociales y comerciales.
“Cuando yo me animé a poner mi restaurante de alitas, [consideré que] era muy complicado hacerlo yo sola, entonces pensé en tener el respaldo de una marca, encontré un concepto que me gustó y le dí por ese lado, además me gustó que es una franquicia mexicana”, comenta la emprendedora.
Gaby cuenta que la restricción en los horarios y el aforo limitado de clientes, fueron aspectos que complicaron, en gran medida, los primeros meses del negocio.
“Inicié en febrero, justo en la pandemia, lo más difícil fue la apertura, porque me pedían que cerrara a las 6 de la tarde, cuando las mejores horas para este tipo de negocio es a partir de las 7:30 de la noche, el aspecto de los horarios fue muy difícil, estaba todo completamente al revés. Afortunadamente ya los escenarios han cambiado y ya hemos podido darnos un respiro.
“En estos meses difíciles sí tuvimos el respaldo de la marca, a diferencia de los negocios independientes por ejemplo. Desde la marca nos apoyan con publicidad por ejemplo, tenemos algún concierto especial un evento y ellos generan publicidad, lo difunden en redes sociales, todo eso ayuda bastante, sobre todo en tiempos de pandemia, el aspecto de las entregas a domicilio también fue importante, te ahorras muchos pasos, porque la marca ya tiene contemplado todo eso y sólo te dice qué debes hacer y de qué forma”, cuenta.
Durante los meses con mayor número de restricciones, Gaby al igual que los demás franquiciatarios, recibieron asesoría de los dueños de las empresas, quienes diseñaron estrategias de publicidad y comunicación para que las franquicias se mantuvieran a flote.
Con el paso de los meses, los escenarios de movilidad modulada en Querétaro han cambiado, y con ello las restricciones han disminuido. El aforo ha aumentado a más del 50% y los negocios como el de Gaby, pueden cerrar hasta después de medianoche.
Ante este nuevo panorama, Gabriela ya percibe una curva en ascenso no sólo en el número de ventas, sino también en la cantidad de clientes que recibe en su sucursal ubicada en El Refugio; ya ha identificado los horarios en donde se tiene una mayor cantidad de clientes, y también ha identificado los productos más pedidos.
El camino no ha sido fácil, pero Gaby es optimista en cuanto al futuro de su franquicia.
“Me gustaría abrir otra sucursal, primero hacer que este espacio despegue y después abrir en otras zonas de Querétaro, incluso en otra parte de la República, pero lo haría igual, con este modelo de franquicias”, destaca la emprendedora.
Ella tomó la decisión de continuar en el giro comercial que ya conoce desde hace más de una década, también confía en que el negocio de las alitas seguirá vigente por un buen tiempo, a pesar de la fuerte competencia.
La principal ventaja, dice, es que las alitas ya no son sólo para los jóvenes, como anteriormente se pensaba; sino que este tipo de negocios ya alcanzan a públicos de todas las edades.
“Las alitas llegaron para quedarse, a lo mejor al principio el concepto se pensó sólo para jóvenes pero ahora ya no es así, en el caso de mi negocio es un ambiente completamente familiar, mis clientes son jóvenes, adultos, vienen incluso niños y adultos mayores, vienen muchas familias y por supuesto dependiendo de la hora también vienen muchos jóvenes. El mercado de alitas ya abarca todas las edades, eso es prometedor”, expresa Gaby.