Ezequiel Montes, Qro.— Lejos de la estigmatización del tabaco como una planta nociva para la salud, para los trabajadores de la Real Fábrica de Tabaco, Cházaro, representa una fuente de ingresos a través de una actividad artesanal que requiere una alta especialización, en la cual puede llevar incluso años en desarrollar la habilidad suficiente para crear este producto lúdico.
Para Leticia Burgo Herrera, experta en la elaboración del puro, el tabaco fumado de esta manera es menos nocivo que los cigarros regulares que se expenden en forma de cajetilla, debido a que se utilizan hojas de tabaco de distintas especies para darle forma, sabor y por supuesto olor. Asegura que “un buen puro no huele mal, no apesta y no huele la ropa”. El sabor en el paladar no es violento, y por no tener otros ingredientes como el papel, insecticidas o alquitrán, el cuerpo humano está menos expuesto a una enfermedad respiratoria. Aunque advierte que todo en exceso sí puede llevar al deterioro de la salud.
Dentro de la fábrica existe una serie de espacios en donde las personas que enrollan las hojas de tabaco lo hacen de manera manual. La expertiz puede incluso venir desde la niñez.
Las hojas de tabaco han tenido un uso ritual desde la época precolombina. Si bien sus hojas son utilizadas para elaborar los puros, sus venas llevan un uso tradicional milenario. Se utiliza en los tratamientos paliativos de los dolores musculares, artritis, a través de una infusión o incluso para ahuyentar a los mosquitos a manera de incienso.
“Nosotros quemamos las venas del tabaco una vez que se desprenden de la hoja, para ahuyentar a los moscos. El humo que se crea no los mata, simplemente no les gusta y huyen, inclusive la combustión a través del ahumado sirve para contrarrestar un dolor de cabeza”, indica doña Leticia.
La Real Fábrica de Tabaco abrió sus puertas a EL UNIVERSAL Querétaro para conocer la manufactura de este producto artesanal, que compite con productos similares de otras regiones y lo hace con gran calidad.
Los trabajadores admiten que el tabaco que se ha sembrado en Querétaro no tiene el color necesario, pero sí el sabor; no es del todo el estándar requerido, por ello, es que el tabaco que se utiliza es uno cosechado en San Andrés Tuxtla, Veracruz.
Leticia Burgo describe que para la elaboración del puro este se ensambla a partir de hojas de tabaco claro y oscuro, llamadas tripas. De las dos medias hojas conocidas como capote, que se tuercen o enrollan, se obtiene la tripa rústica. Una vez que se prensan se adiciona la capa, es decir, la última hoja de tabaco que le dará el aspecto final.
La estructura física del tabaco es la boquilla, que es la parte que entra en contacto con la boca del fumador, el cuerpo y finalmente, del lado opuesto de la boquilla se encuentra el cañón, que es el lugar donde se enciende el puro. El encendido se lleva a cabo rotándolo para que la quema sea uniforme.