Cuando Jonathan Orlando se decidió a emprender un negocio, tomó dos cosas negativas en el mercado para convertirlas en beneficios para su empresa de reparación y actualización de computadoras.
La primera es la desconfianza que muchas personas tienen en los técnicos; la segunda, la movilidad reducida por la contingencia sanitaria de Covid-19. Así fue como el joven de 32 años, que radica en Querétaro, inició un negocio de reparación de computadoras y actualización de software y sistemas operativos para Apple, a domicilio.
“La gente ya no quiere dejar sus computadoras en un local y volver un par de días después, por eso ofrezco es un servicio exprés y personalizado, hasta la puerta de su casa, donde ellos me vean trabajar y sus equipos queden restaurados en un máximo de 2 horas”, comenta.
Todo inició en marzo del 2020 cuando buscaba nuevas formas de emprender. Años atrás administró un local en la Plaza de la Tecnología, donde también reparaba equipos celulares y de cómputo; sin embargo, la actividad no fue suficiente para pagar la renta del local y demás gastos del día a día, así que decidió cerrar su negocio.
Así que decidió ofertar a domicilio lo que mejor sabe hacer, la reparación de equipos de cómputo, se enfocó en las computadoras “de la manzanita” como las llama él, pues detectó que muchos usuarios de estos equipos buscaban actualizar sus equipos de los años 2009, 2010 o 2012.
Decidió especializarse en esta marca de computadoras, porque, asegura, son equipos muy bien armados, diseñados para usarse durante varias décadas, sin embargo, la parte física no es lo único que importa, sino también los sistemas operativos necesarios para que funcionen.
“A inicios de la pandemia un familiar me pidió que le reparara una computadora Apple, me la traje, le reparé cuestiones físicas pero al ser viejita, del 2009, ya no tenía soporte, me di cuenta que nadie podía actualizarla, me puse a estudiar, investigué en internet, vi quién y de qué forma lo habían hecho hasta que encontré la manera de hacerlo. Pude actualizarla y la volví a hacer utilizable.
“Lo que hago es poner sistemas modificados para que las computadoras vuelvan a funcionar, es algo que no cualquiera sabe hacer. Son computadoras muy bien armadas, pero el sistema ya no se puede utilizar. Uso un sistema original, pero modificado para que el sistema no detecte que la computadora es viejita. Hice unas publicaciones en Facebook ofreciendo mis servicios y al siguiente día ya tenía clientes nuevos. Donde hay quejas hay oportunidades, eso fue lo que yo detecté”, explica.
Jonathan estudió Ingeniería en Sistemas, pero su gusto por las computadoras viene desde mucho antes, desde que era niño siempre tuvo el gusto por aprender cómo funcionan y cómo pueden repararse. Así que ahora, consolidó su pequeña empresa Mac Jobs.
“Mis servicios son personalizados, los clientes me preguntan todas sus dudas y me ven reparando sus equipos en sus casas, eso da mucha seguridad. Este servicio a domicilio ha funcionado muy bien. Ofrezco muchas facilidades”, asevera.
Ante la respuesta positiva que Mac Jobs ha tenido durante el último año, Jonathan ya no piensa en volver a la forma tradicional de operar, es decir, limitarse a un espacio físico en donde reciba a los clientes.
Asegura que trabajar a domicilio ha sido una de las principales lecciones que ha aprendido de la pandemia, pues las formas de ofertar servicios se han modificado en el último año y llegaron para quedarse.
“Esta es la nueva normalidad, que esto llegó para quedarse, la pandemia nos hizo adaptarnos, y es la mejor manera de ofrecer un servicio. No pienso volver a la forma tradicional de tener un local, aunque sí está en mis planes formalizar, profesionalizarme, incluso tener algunos trabajadores para abarcar a más clientes. Me gustaría contratar estudiantes y que esto también los ayude a ellos”, comenta.
A los jóvenes que piensan emprender un negocio, Jonathan Orlando los alienta a no quedarse sólo con lo aprendido en las aulas, sino a siempre investigar y estudiar por su cuenta, y sobre todo a no competir con las empresas o servicios actuales, sino a mejorarlos o buscar soluciones a las complicaciones de la industria.
“A los jóvenes les diría que nunca dejen de investigar, ver con otros ojos los problemas que ya existen porque en eso podemos encontrar soluciones, y esas soluciones las podemos ofertar como emprendedores, que no busquen competir con lo que ya existe, sino hay que descubrir cómo mejorarlo”, aconseja el emprendedor.