Inspirado en una reconocida etnóloga de la región, mientras estudiaba gastronomía, Emmanuel Martínez Díaz se adentró en el mundo de la producción de vinos y se fijó una meta a la que no podría renunciar nunca, ser dueño de su propia casa vinícola.

El joven emprendedor, de 26 años de edad, no se conformó con estudiar la licenciatura en gastronomía en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), también realizó una especialidad en química de vinos por la Universidad Autónoma de Ensenada y se convirtió en sommelier certificado por la Escuela Española de Sommeliers.

El emprendedor considera que tantos años de trabajo y preparación por fin comienzan a rendir frutos, pues desde hace tres años inició con su propia empresa, Casa Mardiz, donde produce vinos blancos y rosados.

“Sólo una oportunidad al año para tener éxito”
“Sólo una oportunidad al año para tener éxito”

Inicio

Emmanuel nunca tuvo ningún precedente con el vino, ninguno de sus familiares se había dedicado a los cultivos de uvas, ni nada que se le parezca. Su pasión por los viñedos llegó casi por arte de magia, durante sus clases en la universidad; cuando la etnóloga Alejandra Nivón Pellón asistió al simposio “Bebidas y productos fermentados mesoamericanos”, en la UAQ.

Ahí comenzaron las primeras investigaciones. ¿Cómo cultivar la uva? ¿Cuáles son las mejores condiciones climatológicas? Poco a poco, Emmanuel fue encontrando respuestas a base de prueba y error, y luego de varios experimentos realizados en un terreno de su familia, finalmente se decidió a comenzar con su propio viñedo.

Fue así que un terreno familiar se convirtió en una empresa propia, atendida no sólo por Emmanuel, sino también por sus padres Francisco Martínez Gómez y Juana Díaz Castro, quienes inevitablemente tuvieron que aprender todo sobre la producción de vino.

Las primeras cosechas permitieron que el emprendedor comenzara con la producción de vino blanco, llamado Primera dedicatoria, después Emmanuel comenzó a producir vino rosado y dentro de sus planes a futuro está producir vino tinto.

La constancia, paciencia y determinación, son los principales valores que deben aprenderse en la producción de vino, dice Emmanuel, pues mantener sanos y salvos los viñedos es un trabajo que requiere atención las 24 horas, los 365 días del año.

“Esto requiere mucha dedicación y disciplina porque sólo tienes una oportunidad en todo el año para sacar adelante la producción. Sólo se cosecha una vez y durante todo el año debes hacer las cosas bien para tener éxito”.

Concepto

En Casa Mardiz, Emmanuel busca rescatar las raíces mexicanas principalmente en la técnica empleada para producir vinos. Dice que no sólo busca producir los mejores vinos de la región, sino hacerlos de una manera artesanal y acompañarlos de actividades culturales, por ejemplo, el Festival del vino y los muertos, que busca fusionar una de las tradiciones más arraigadas en el país y el gusto por las bebidas fermentadas.

"Quiero dar a conocer todo el proceso de los vinos mexicanos, soy muy amante de la cultura mexicana, me gusta retomar ciertas técnicas mesoamericanas de bebidas fermentadas, e implementarlas a la cultura de vino. Intento inocular levaduras nativas para fomentar nuestra propuesta de vino con algunos métodos ancestrales de fermentación. Ya estamos pensando en patentar nuestro método de producción de vino blanco, porque lo hacemos de una manera realmente diferente”.

“Buscamos llamar la atención de la gente que no está acostumbrada a consumir vino, y educar el paladar de las personas y que cada vez haya más y más conocedores. Porque para la gran mayoría de las personas el gusto por el vino es adquirido”.

“Sólo una oportunidad al año para tener éxito”
“Sólo una oportunidad al año para tener éxito”

Problemáticas

Lo más difícil hasta ahora, dice Emmanuel, ha sido entender el crecimiento de las uvas y encontrar las condiciones climatológicas adecuadas para que el proceso se logre con éxito.

El emprendedor del municipio de Corregidora confiesa que en más de una ocasión estuvo a punto de renunciar a su sueño, luego de que una tormenta arruinara 70% de sus cultivos. Si no fuera por el consejo de sus padres, comenta Emmanuel, ya habría abandonado el proyecto.

“El año pasado hicimos una muy buena plantación y cuando vino la temporada de lluvias prácticamente perdimos 70% de las plantas, la corriente había arrastrado la plantación y todo se echó a perder, es una planta que tarda tres años en crecer y un año más en dar fruto; esa ocasión sí tuve ganas de dejar el proyecto, afortunadamente mis papás me hicieron entrar en razón, entre todos rescatamos las plantas que quedaron y todo volvió a salir a flote”.

Entre los planes a futuro del emprendedor queretano, se encuentra aumentar la producción de vinos en Casa Mardiz, comenzar a producir vinos tintos y comercializarlos en tiendas boutiques de Querétaro, pues hasta ahora, familiares y amigos han sido los principales clientes.

Emmanuel también busca que Casa Mardiz forme parte de la Asociación de Viticultores, lo que le permitirá obtener recursos económicos para incrementar la producción.

A los nuevos emprendedores, Emmanuel Martínez les recomienda ser constantes y tener presente que el emprendedurismo no es un camino fácil, aunque sí es un camino lleno de satisfacciones.

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