Este restaurante destaca por tener una decoración propia de un lugar mexicano, sin ser extravagante; con paredes crudas a modo de una casona vieja, tiras de follaje en el techo y mesas de madera estilo vintage, todo esto hace de “Dongu” una mágica experiencia gastronómica y visual.
A un costado de las mesas se encuentra la cocina, en donde el chef y los demás integrantes sirven los platillos y cocinan justo enfrente de los comensales, regalando así un espectáculo a los visitantes, quienes incluso pueden ocupar la mesa de la cocina para comer. Dicho espacio fue diseñado de esta manera para que el trato con los visitantes fuera lo más cercano posible. “Lo que queremos es que cuando vengas te sientas cómodo, y atenderte de manera personal, pero el trato es distinto, más cálido, siendo respetuoso y con una vibra muy padre, la gente está acostumbrado al formalismo, pero aquí no es así”, describió Ricardo, fundador de “Dongu” y chef de profesión.
También detalló que el menú es 100% de comida mexicana, con toques de innovación en todos los sentidos. “Tratamos de cuidarla un montón, por lo que procuramos apegarnos mucho a las técnicas y los platillos que cocinamos para hacerlos muy bien, nuestra diferencia es la cocina profesional con respecto a la cocina de hogar, ya que aquí tenemos que darle el emplatado y por supuesto, nuestro propio sello”.
Para disfrutar de lo que actualmente es “Dongu”, Ricardo tuvo que pasar por un largo proceso, ya que todo comenzó por su necesidad de emprender y mostrar el arte culinario mexicano a través de una dinámica especial, a modo de cenas underground. “Estuve tres meses trabajando en Chile y ahí fue donde conocí el concepto de cenas a escondidas, este movimiento empezó a surgir entre los chefs, ya que en los restaurantes se viven jornadas muy largas, y a veces mal pagadas. En Europa los cocineros hacían cenas en sus casas y esto fue un modelo de negocio que se vio en todo el mundo después, y quise incorporarlo aquí”.
Al principio “Dongu” se dio a conocer por medio de su fanpage en donde subían sus menús y explicaban la dinámica de estas cenas especiales que se hacían en diversos lugares, y conforme pasó el tiempo, Ricardo se quedó solo, por lo que convirtió a “Dongu” en un restaurante. “Al principio tuvimos tres meses de prueba abierto al público, pero la esencia del concepto es como una casa a puerta cerrada, entonces “Dongu” es un restaurante al que accedes con reservación para que se disfrute por más tiempo de la calidez que hay; a la gente le gusta estar aquí por horas”.
A pesar del éxito de este lugar, siempre hay algo de cambio o innovación, tal como la decoración que va de acuerdo con la temporada. “Nos gusta que la gente vea algo nuevo siempre, el menú de degustación cambia el 19 de febrero y haremos un menú veracruzano, aún no tenemos bien definidos nuestros platillos, lo que sí es que cada que se cambia el menú se hace un lanzamiento, se monta una mesa larga y celebramos una gran fiesta”, dijo el chef.
Comer es un arte y como tal, también se ofrecen workshops para aprender a elaborar ciertas recetas. Cada mes se realiza un speakeasy, en el que por invitación se hace llegar una clave y ya estando en el lugar, se deleitan los más suculentos platillos acompañados de una barra de cocteles, cervezas, mezcales y vinos.
Ricardo Aguilar, originario de la Ciudad de México, expresa que es muy importante mantener a sus clientes a la expectativa con estos menús y actividades, pues es una manera sana de atraer su atención. “En Dongu siempre tratamos de hacer cosas nuevas y divertidas, es un sitio para todos, la gente aún no capta del todo el concepto de reservación, pero lo hacemos por ustedes, para que puedan venir y sentarse las horas que quieran y disfrutar sus alimentos”, puntualizó.