Mario Bautista es un cantante adolescente que se viste como Justin Bieber, habla como Justin Bieber, canta como Justin Bieber, pero no es Justin Bieber.
Su fama y los miles de “bautister” (fans) se los debe a las redes sociales, donde empezó a despuntar con canciones de amor “porque soy exageradamente romántico”, dice en su sitio oficial.
Bautista se presentó por primera vez en Querétaro y aunque la asistencia al auditorio Josefa Ortiz de Domínguez no fue tan numerosa como él hubiera querido, demuestra que su fama sigue como la espuma.
Algunas de sus fans, niñas de cinco a 16 años, lo han comparado con poca prudencia con Bruno Mars. En el fondo saben que eso es más que una exageración, pero no les importa, una “fan” se caracteriza por su pasión desbordada, no por su prudencia.
Bautista es un producto mediático y ha nacido bajo el cobijo de internet, lo cual permite que su imagen sea más potente que su música.
En Querétaro, el jovencito llegó al escenario a medio concierto, primero para darse a desear, pero también porque difícilmente puede sostener una presentación de dos horas con sólo tres sencillos: “Ven a bailar”, “Siempre juntos” y “Yo por tu amor”.
Sus jovencísimas fanáticas lo esperaron con ansias y gritos y no pararon hasta que el show concluyó cerca las 10 de la noche, lo cual, para niñas de “tardeadas” ya era demasiado tarde.
El chavo que quiere ser como un Justin Bieber defeño embelesó a las “bautister” hasta que pudo, en menos de una hora las llevó al límite del cielo y las regresó a la tierra. Las hizo soñar y las despertó, para luego mandarlas a sus casas, porque el lunes hay que ir a la escuela muy de mañana.