Vida Q

Platillos con sabor original

Desde 2012 la chef Patricia Hernández ha hecho crecer a “Adelaida”, su empresa de catering

FOTO: César Gómez
02/02/2017 |01:37Karla Castillo |
Redacción Querétaro
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Pasión, gusto y entrega por el mundo gourmet son características que se pueden ver reflejadas en el trabajo de la chef Patricia Hernández, quien destaca por tener especial interés en experimentar al crear platillos.

En una visita de EL UNIVERSAL Querétaro a las instalaciones de su lugar de trabajo, la chef nos platicó del secreto detrás de su éxito con su propia empresa de catering, “Adelaida”.

Muy de cerca vimos los minuciosos detalles que pone al colocar cada ingrediente, así como la facilidad que tiene para combinar sabores, colores y deliciosos elementos para consentir el paladar de sus comensales.

¿Cuándo inició tu gusto por la cocina?

—Creo que fue desde muy pequeña cuando me mandaban con mi abuela al rancho y le ayudábamos a cocinar. Recogíamos los elotes, hacíamos la masa y después las tortillas, todo este proceso a mí me encantaba. Además, en mi familia, a pesar de que nadie más estudió gastronomía, todos son muy buenos cocineros, es algo que heredé.

¿Cómo comenzó tu carrera de chef?

—En el año 2000 inicié mi carrera universitaria en IGES, una escuela especializada en gastronomía de la cual estoy muy orgullosa de decir que fui parte de la primera generación. Al salir de ahí, como todo buen cocinero, tuve bastantes trabajos, desde hacer mis prácticas en el Club Campestre de Querétaro hasta laborar en restaurantes populares del centro de la ciudad. Poco a poco me fui adentrando en el área que realmente quería explorar, así que comencé a dedicarme a lo administrativo, es decir a costear recetas y realizar manuales de operación, entre otros detalles del estilo.

¿De qué trata tu proyecto “Adelaida”?

—En 2012 me dediqué completamente a iniciar esta idea de catering, banquetes, picnics dentro y fuera de Querétaro, eventos corporativos, inauguraciones y activaciones de marca. De esta forma la gente nos empezó a conocer, nos fueron recomendando de boca en boca y hoy continuamos creciendo con “Adelaida”, una empresa que tiene todo nuestro corazón en ella.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

—Sin duda ver a la gente contenta, ver su cara cuando prueban los platillos es una satisfacción personal. Me gusta que me den en el ego de cocinero al decir “es lo mejor que he probado en mi vida” porque me retan a ver hasta dónde puedo llegar o hasta dónde puedo crear cosas que enloquezcan al paladar. También viéndolo desde otro punto es una terapia. La cocina, siendo mi pasión, me ayuda a olvidarme de todo lo que está afuera, al cocinar te concentras tanto que lo demás pasa a segundo plano y sales un poco de la realidad.

¿En qué te inspiras al cocinar?

—Busco siempre otra manera de hacer las cosas, cuando voy al mercado y veo un ingrediente de inmediato pienso cuántas opciones hay para prepararlo, si siempre haces lo mismo en todos tus menús te puedes quedar estancado como profesionista. Algo que aprendí en la escuela es que debes probar todo antes de prepararlo, aprenderte el sabor de cada cosa es esencial para que al mezclar ya tengas una idea del resultado.

¿Qué crees que le da el toque especial a tus creaciones?

—De la vista nace el amor. Si algún platillo no te llama la atención no te lo vas a comer, por eso para mí lo principal es que tenga color. Siempre busco que cada platillo tenga ese tono brillante o que las combinaciones te evoquen algo.

¿Cuáles son tus platillos favoritos?

—Mi mamá hace un lomo adobado que solo prepara en Navidad, he tratado de imitarlo pero nunca me queda igual, a pesar de estar ahí con ella cada que lo cocina. Es un adobo que siempre me remonta a mi familia y eso es lo mágico de la cocina, que los olores y sabores te recuerden a momentos específicos.

Los aguachiles también son mi perdición, en general me encanta hacer mariscos pero cocino de todo. En “Aldelaida” tenemos un concepto muy amplio, y experimento mucho con salsas y otros preparados.