Hay personas que están destinadas a un oficio o profesión. Tal es el caso de Ignazio Spinoza, un joven veracruzano quien antes de aprender a escribir, ya dibujaba siluetas de vestidos en los cuadernos de sus hermanos. Su interés por la indumentaria se vio alimentado por un taller de costura que tenía su madre, y donde él descubrió un mundo de telas y herramientas para confeccionar.
Ya en su juventud, se enfrentó a un angustiante dilema: estudiar diseño de moda o una licenciatura “políticamente correcta”. Se decidió por la segunda. Aunque empezó sus estudios en Negocios Internacionales, al poco tiempo comprendió que no abandonaría su sueño, por lo que comenzó a cursar la otra carrera a la par.
Tras concluir su formación académica, se mudó a la ciudad de México para probar suerte en el medio. Sus primeros trabajos los realizó en talleres de diseñadores nacionales y para marcas que se comercializaban en tiendas departamentales. Gracias a la experiencia adquirida, tomó la decisión de establecer su propia marca.
Un pasado muy presente
En el discurso creativo de Spinoza predominan las siluetas clásicas con un toque de sensualidad y osadía, como lo demuestra su colección Primavera/Verano 2015, inspirada en la elegancia de las mujeres de los años 40 y 50.
Los contrastes se evidencian en esta antología a través de las texturas y la paleta de color, que mezcla tonos cálidos, como fucsia, blanco, rojo y naranja, con negro y dorado. La delicadeza de las transparencias, por otro lado, se yuxtapone con la audacia del lamé, mientras que los acabados metálicos se subliman mediante la ligereza del crepé de seda.
Entre las cualidades de la presente antología destaca su versatilidad, pues varias piezas pueden llevarse por separado para acudir a la oficina, a una cena, un cocktail o un evento nocturno.
Atrapado en la red
La propuesta estival del veracruzano se comercializará, específicamente, a través de una plataforma digital, ya que “además de ser una herramienta eficaz que evita las complicaciones inherentes a montar un espacio físico de venta, proporciona la ventaja de llegar a todo tipo de público, sin estar supeditados a trasladarse a un lugar para poder conocer y comprar alguna de las piezas”, señala.
Spinoza ha decidido, apostar por esta forma de venta debido a las ventajas que brinda, como la rapidez de compra, la entrega del diseño en la puerta de la casa y una alternativa a la falta de tiempo.
“La evolución de estos canales es indudable. Hoy se puede tener acceso inmediato a las propuestas de creadores tanto nacionales como extranjeros con tan sólo un clic. También nos permiten conocer la opinión de la gente y de los especialistas”, apunta el couturier.
Palabra de creador
Ser diseñador, hoy en día, supone un terreno más amplio y preparado, al igual que mayores retos. Además de la credibilidad al trabajo, la competencia con tiendas departamentales y marcas extranjeras implica un mayor esfuerzo para los nombres que buscan forjarse un lugar en esta industria.
“Además de proponer prendas y conceptos, el diseñador también debe fomentar un sentido más asertivo en la estética de sus clientes; hay una responsabilidad de aportar algo positivo que pueda verse reflejado en la personalidad de quien porta una pieza”, comparte Spinoza.
Por ello, desde su trinchera, recomienda a las mujeres tener autoconocimiento no sólo de su cuerpo, sino también de sus preferencias, para sacar mayor provecho a sus atributos y mostrar una imagen equilibrada. “De la moda, lo que te acomoda”, es una de las filosofías con las que comulga el mexicano.
Con una notable convicción por lo que hace y la experiencia que le ha dado estar tras bambalinas, Ignazio Spinoza hace su aparición en el campo de la moda nacional para ofrecer un estilo clásico con toques de audacia mediante el cual las mujeres puedan expresarse y proyectar la mejor versión de sí mismas. Ésa es su promesa,¡ palabra de creador!