Se trata de tortillas de maíz marcadas con tinte natural, con signos y grabados, muchos de ellos religiosos. “Son un alimento del alma y del cuerpo”, detalló la señora María de Concepción Benancio, originaria del Municipio de Comonfort, Guanajuato, una localidad ubicada a una hora de Guanajuato, con poco más de mil habitantes y sin señal para teléfonos celulares.
El origen de la tortilla ceremonial se remonta a la época prehispánica, cuando sirvió para rendir tributo, adorar a dioses y santos y dar gracias a la vida donde dan de comer al desconocido.
María Concepción Benancio, mujer de 38 años, contó que las tortillas ceremoniales sirvieron, incluso, como medio de comunicación, eran como "el periódico del pueblo".
Informó que cada familia de su pueblo recibió de sus abuelos un molde de madera, con figuras talladas con santos y signos, y donde muchas veces se plasmaban escenas del maltrato de los caciques hacia los indios.
"Vinieron los años de la guerra cristera (1926-1929) y todos escondieron sus moldes, y hasta la fecha, las abuelitas los llevan a las reuniones escondidos entre sus rebozos, porque antes te podía matar por tener uno", detalló la mujer.
El documental Mayo tiene como protagonista a doña María Concepción, y participó en la sección “Identidad” del XVII Festival Internacional de Cine de Guanajuato.
Para agradecer, doña María y sus vecinas, "echaron" tortilla ceremonial para los invitados del GIFF, montaron un anafre y quemaron leña, en una de las funciones más elegantes del festival.