Bruno Xilotl Jurado, Emilio Huerta Cerroblanco, Emma Flores Orozco, Nadia Plancarte Huamantalla y Luis Ángel Morales Sánchez, todos originarios de Querétaro, todos chelistas y adoradores de la música, integran la Orquesta Sinfónica Infantil de México (OSIM) y se preparan para tocar el próximo 7 de agosto en el recinto cultural más importante de México: Palacio de Bellas Artes.

La Orquesta Sinfónica Infantil de México es una de las agrupaciones del Sistema Nacional de Fomento Musical, y nació con la finalidad de incentivar la práctica de la música entre niños y jóvenes.

En este verano del 2016, la OSIM está cumpliendo 15 años y lo hará celebrando su gira nacional número 25, con la participación de 120 músicos, niños entre los 10 y 17 años, que primero formaron parte de un campamento musical en Querétaro.

La gira nacional comienza el 4 de agosto en San Luis Potosí; el 5 de agosto en Orizaba, Veracruz; el 6 de agosto en Cuernavaca, Morelos; y cierra el 7 de agosto con dos conciertos en Palacio de Bellas Artes.

Empecé a los seis años. Para Nadia Plancarte Huamantalla, hija de  lauderos, padre mexicano y madre peruana, es natural hablar de música.  “Mis papás son lauderos y yo veía  a mis hermanos tocar sus instrumentos, entonces también yo comencé a tocar.  Empecé a los seis años con el violín y a los ocho años me cambié a chelo. Quiero ser músico profesional de orquesta, me gusta mucho la música, me gusta leer  o estar con mis  amigos, pero mi actividad principal es la música”, compartió.

Minino tres horas diarias, es el tiempo que le dedica a tocar,  además los fines de semana viaja a la Ciudad de México para tomar clases particulares.

Nadia tiene 15 años de edad y es la tercera vez que participa en el campamento de la OSIM, el formar parte de la selección 2016 ha sido una experiencia  muy motivante para ella. “Aquí te das cuenta como está el nivel en otros estados y por eso quieres seguir aprendiendo para ser cada vez mejor”.

Yo no sabía nada de música. Luis Ángel Morales Sánchez  tiene 17 años de edad y suma cinco años y medio en la música.  Estaba en la primaria cuando se integró al proyecto de la Orquesta Esperanza Azteca en Querétaro. “Yo no sabía nada de música, en mi familia no hay músicos, y ahora quiero seguir en esto. Quisiera terminar aquí mi licenciatura y hacer la maestría en otro país”.

Por tercer año consecutivo, Luis Ángel fue seleccionado para participar en la OSIM,  y aunque ya ha tocado en el recinto de Bellas Artes, dice que sigue sintiendo nervios al saber que estará nuevamente ahí.

“Es muy gratificante ver que rinde frutos el esfuerzo que das  todos los años, todos los días, y que puede culminar en una sala tan bonita como  Bellas  Artes; el año pasado también tocamos en Bellas Artes, es gratificante sí pero también hay muchos nervios, por el lugar, por la gente, pero porque la acústica es muy buena y se escucha muy bien”, narró el joven músico.

No sabía qué era un chelo. Emilio Huerta Cerroblanco quería ser pintor de pequeño, aunque la música siempre le atrajo.  “Mi padre es un melómano de primera, ama la música tanto como yo, pero no toca. Tenía un piano en mi casa, nunca tomé clases solamente lo tocaba cuando quería.

“Y un día mis papás me llevaron al Conservatorio, yo tenía 12 años cuando entré a  tomar clases y realmente no sabía qué era un chelo,  nunca había visto a nadie tocar, pero desde la primera vez que lo vi me interesó más que ningún otro, había muchos violinistas, veía que había muchos guitarristas, pianistas, pero no había nadie que tocara el chelo”, relató Emilio.

Inició sus estudios en el Conservatorio de Música J. Guadalupe Velázquez, actualmente tiene 18 años y por tercera ocasión fue seleccionado para integrarse a la OSIM, pero por su edad este  año será la última vez que participe en las actividades de dicha agrupación.  Y al finalizar los conciertos, Emilio viajará a Xalapa para  iniciar sus estudios de licenciatura en música en la Universidad Veracruzana.

Estar en el Palacio de Bellas Artes, dijo Emilio, es un orgullo.  “Muy pocas personas tienen la oportunidad siquiera de conocer el teatro,  y nosotros vamos a poder tocar, estar de lado del escenario, viendo al público, es algo que no  esperaba vivir tampoco, pero me alegra mucho”.

Tú al violonchelo, eres más grande. Empezó tocando el piano a los cinco años de edad, aunque no le gustaba tanto a Emma Edith Flores Orozco.  “Lo tocaba cuando se me pegaba la gana y no estudiaba, tiempo después, a los 13 años, entré a la Orquesta de Esperanza Azteca, yo me integré pensando en tocar el violín, porque era  el único instrumento que conocía, pero como ya tenía 13  años y había niños más chiquitos me dijeron: ‘No, tú al violonchelo, porque eres más grande’. Para mí fue lo más triste del mundo, pero  no pasaron muchos meses cuando supe que era a lo que me iba a dedicar toda la vida”.

Emma ha participado por dos años en la OSIM, pero por primera vez se presentará en Bellas Artes,  eso la tiene emocionada.  “Sería  mi primera vez en Bellas Artes y eso es muy importante para mí porque mi bisabuelo participó en la construcción de Bellas Artes, entonces el saber que hay algo ahí de mi historia personal es para mí muy especial, además que es un recinto emblemático de México”.

Convivir con jóvenes que también aman la música es una experiencia única.  “No siempre  encuentras a personas con el mismo gusto,  pasión, y la mayoría de ellos son personas que también se van a dedicar a la música, es muy importante ese tipo de experiencias porque te estás relacionando con tus futuros colegas o futura competencia, pero es  increíble poder saber que hay alguien más como tú”, relató.

La gira 2016 de la OSIM será la última participación de Emma,  porque ha cumplido 18 años, pero su sueño continuará, ahora que ha concluido su preparatoria tiene planeado seguir sus estudios de música en Estados Unidos.

Aún sigo tocando la guitarra. Bruno Xilotl Jurado dice que la música para él lo es todo. “Es mi forma de expresarme, significa mucho para mí, me ayuda mucho en mi vida, me ha dado una dirección”.

Cuando tenía 10 años de edad, Bruno comenzó a estudiar música, “pero estaba indeciso, un niño a esa edad quiere ser todo, y mis papás dijeron: hay que comprarle una guitarra a este niño. Me metí a clases y vieron que sobresalía y me inscribieron en el Conservatorio de Música y a mí me llamaba muchísimo la atención el chelo y empecé a tocar”, manifestó.

Estando en el campamento de la OSIM, Bruno cumplió 16 años, fue un cumpleaños lleno de aprendizaje, diversión y nuevos amigos. “Es un honor, la verdad, porque son los mejores instrumentistas jóvenes de todo el país, entonces que yo esté en esa orquesta significa mucho para mí.  Ha sido  bastante pesado eso sí, pero muy enriquecedora, he aprendido cosas técnicas, de interpretación, pero  lo más importante es que he conocido gente, amigos que sienten esta misma pasión que yo siento por la música”, agregó el joven chelista.

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