Vida Q

Adrián RO renace con Otra vez yo

Quería ser pintor y un día encontró una cámara, con ella inició su pasión por la fotografía

Adrián RO, quien combina su pasión por la cocina y la fotografía, expondrá sus piezas en el Centro de Arte Bernardo Quintana (DEMIAN CHÁVEZ. EL UNIVERSAL)
03/01/2017 |01:15Rocío G. Benítez |
Rocío G. Benítez
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Quería ser pintor y un día encontró una cámara, con ella inició su pasión por la fotografía. Pero el autor de Reinas del ring, selección de la Bienal de Fotografía, dejó todo por dedicarse al arte del buen sabor y tras varios años en la cocina decidió que era tiempo de renacer, ahora comienza el 2017 con nueva exposición, serie en blanco y negro en la que Adrián RO ha vuelto a ser Otra vez yo.

La obra fotográfica de Adrián une el concepto de lucha, la figura femenina y el erotismo. En su serie Otra vez yo adapta pinturas renacentistas a la época actual. “La incredulidad de Santo Tomás” (Caravaggio); “San Sebastián” (Botticelli) y “La Piedad” (Miguel Ángel), son retratadas en espacios contemporáneos, teniendo como protagonistas al propio Adrián RO, sus nuevas Reinas del ring, y algunos amigos, todos enmascarados.

“Necesitaba sacar mi parte plástica, por así decirlo; hice la convocatoria de nuevas Reinas del ring, pero no me sentía satisfecho. Una segunda parte pero ahora digital y a color, como que no me llenaba. Y dije: Si es momento de regresar y de alguna manera renacer, empezar de cero, por qué no me involucro yo y hago saber que otra vez estoy aquí, que estoy renaciendo. En ese cruce de ideas, dije: Pinturas renacentistas adoptadas a esta época, metiendo a las Reinas del ring, que era la manera de regresar.  Sí. Y me quedó muy claro que quería que se llamara: Otra vez yo”, platica el fotógrafo a EL UNIVERSAL Querétaro.

Otra vez yo, serie fotográfica de Adrián RO, se inaugura el próximo 12 de enero en el Centro de Arte Bernardo Quintana de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

En un tianguis encontré una cámara. Adrián RO es originario de la Ciudad de México. El dibujo y la pintura era su prioridad  hasta que descubrió la fotografía. “Siempre pensé que iba a ser pintor y un día, estaba en la secundaria,  en un tianguis encontré una cámara viejita, la agarré y empecé a tomar fotos, la agarré y me gustó más que pintar. Después me di cuenta que era más fácil trasmitir y compartir a través de la foto que por medio de la pintura”.

Al terminar la carrera de Artes Visuales de la Academia de San Carlos se fue a San Francisco, California, a seguir haciendo foto.  A su regreso a la Ciudad de México decidió mudarse a Querétaro, era sólo temporal, pero la ciudad lo atrapó y aquí sigue.

Viviendo en Estados Unidos lo invitaron a hacer el registro fotográfico del festival de sadomasoquismo más grande a nivel internacional, con ese material montó su primera exposición en Querétaro, en el Museo de la Ciudad. Después llegó el turno de las Reinas del ring.

“Siempre  me ha llamado mucho la atención la lucha, no como deporte, sino  la parte social y que es parte de la cultura mexicana, y dije: Bueno, estamos en una cultura machista, en una cultura de pégame, pégame, pero no me dejes, y eso de quiero a la  chica más guapota y buenota pero sólo para mí y que nadie me la vea.  Y dije: También hay mujeres bien luchonas, pero  no quiero la típica chica súper guapa en una máscara, y convencí a gente normal, a mujeres que en ese entonces estaban a mi alrededor, mujeres de la chamba, conocidas que de alguna manera estaban luchando por destacar en un mundo que sí es bien machista”.

La serie Reinas del ring fue seleccionada en la Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen, edición número 12.

Dejé la foto por la cocina. El cocinar y el comer tiene mucho de arte para Adrián. De ahí que otra de sus pasiones sea la cocina. Cuando era estudiante pagaba a sus modelos con platillos que él mismo preparaba. Así se corrió el rumor que Adrián “cocinaba chido”.

Estando en Querétaro emprendió varios proyectos dedicados a la comida, muchos lugares tienen  menú creado por el artista, pero eso también lo alejó de la fotografía.

“La cocina le ganó a la parte fotográfica. Lo que no quería y que me había quedado muy claro desde que salí de la escuela es que no quería hacer foto para sobrevivir, haciendo cositas por encargo, quería hacer algo porque a mí me nacía hacerlo,  independientemente sí había o no remuneración económica. Cuando regresé de Estados Unidos me planteé cocinar y hacer foto, pero llegó un momento en que la parte de la cocina absorbió todo, le ganó, me ganó mi pasión de  compartir de forma inmediata, que es lo que hace la comida.  Y llegó un momento en que me clavé  muchos años en cocinar, hasta el punto en que deje de ser yo,  seguía siendo yo… pero ya no en la parte plástica,  aunque había mucha creatividad en la comida, era diferente”.

Buscándose a sí mismo nació Otra vez yo,  serie que incluye 10 piezas, fotografía en blanco y negro que marca su renacer, su regreso a la fotografía.

Actualmente Adrián RO también impulsa la tienda Depósito 87B, en donde vende piezas que ha rescatado de las chacharas Ahora su afición es ser chacharero y seguramente en esa búsqueda de cosas antiguas recuerda aquella vez que encontró en un tianguis esa cámara fotográfica que marcó su destino.