La CQ, un musical que en apariencia habla contra el bullying, empieza anunciando a los niños presentes en el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez que si no apagan sus celulares les aplicarán “calzón chino”.
Que Rocky (Roque Villalón), el niño malo de la secundaria Quijano, les jalará la prenda interior que todos usan de forma despiadada para superar su récord anunciado en un extremo del escenario: 1493.
La meta de Rocky son 1500 víctimas de “calzón chino”, práctica de tortura supuestamente oriental, inventada por quién sabe que niño ocioso para traumar a los más débiles de la escuela.
Las víctimas, por tanto, son dos infantes, uno que es como el hijo de Kiko, de El Chavo del ocho, medio torpe pero de gran nobleza (Ramón Barragán).
La otra víctima, un niño genio (Roberto Bautista) que pasa con honores las materias es parte de su naturaleza, como lo es también su problemas estomacales y su peligrosa flatulencia.
La CQ es un musical infantil que instaura el “zape”, esa forma rudimentaria de sacudir la cabeza de la víctima con un “manazo”. En algunas tribus urbanas, por ejemplo la escolar, también se utiliza como un saludo formal entre los niños, quienes rematan la agresión con un “¡eres un teto!”.
Llámese “teto” a aquel niño o niña cuya madurez no concuerda con su edad, es decir que son “ñoños”. Para que quede más claro, se le llama “teto” a alguien que tiene 10 años y debe comportarte con la madurez de alguien de 15 años, por ejemplo, aunque en sus pequeñas mentes no tengan idea de cómo actúa alguien de esa edad.
Lo que dice La CQ es que los más grandes tienen novia como Ángel (Ángel del Río), un niño que tiene una mirada fulminante, y su pareja (Jennifer Pinto), obviamente, una niña que sólo y únicamente piensa en Ángel.
En La CQ existe un corolario enorme de agresiones infantiles, como el saludo mortífero de “¡Hola Lu!”, si “¡luser!” (looser). Esta fórmula es la que utilizan dos coristas (interpretadas por Clara Licona y Daniela Pinto), especializadas en humillar a sus compañeros.
También existe un personaje que en apariencia parece niño, pero es niña (Adriana del Río), y que no empata con nadie, ni en simpatías ni en amistades y es muy ruda con sus compañeros de escuela.
El musical se encuentra de gira nacional y viene empujado con la carga de la serie televisiva. La dirige Adrián Sánchez y produce Pedro Ortíz de Pinedo.
Es una obra que habla de adolescentes que van a la secundaria, pero la mayor parte de los asistentes al “Josefa” de Querétaro eran niños que van de 5 a 10 años, quienes no han terminado la primaria.
Para un adulto, pre “redes sociales y tablets”, resulta raro ver que casi todos estos infantes carguen celular y hasta iPads y que solamente logren callarlos amenazándolos con aplicarles en “calzón chino” y la tortura del “zape”.