El más positivo lado de la Guerra Fría dejó como resultado la competencia entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en cuanto al desarrollo tecnológico de diversas áreas: la investigación espacial, exploración de telecomunicaciones y avances a la salud.
Sin embargo, un campo en el que el bloque comunista nunca pudo competir en esta competencia tecnológica fue en laindustria automotriz. Desde los problemas de proveeduría que representaba fabricar los autos, los largos tiempos de espera que tenía que pasar alguien que quería comprar un auto y la poca fiabilidad de éstos, los rusos jamás presentaron una rivalidad digna contra el resto del mundo capitalista.
Esto no quiere decir que no existieran los autos rusos y que éstos tengan su propia y muy interesante historia. A continuación, te presentamos las tres compañías soviéticas más emblemáticas de la historia y algunos de los modelos más referentes de su portafolios.
Quizás la marca de automóviles soviética más icónica en el mundo. Aún se mantienen en operaciones bajo la administración del fabricante ruso de AvtoVaz.
Lada es en realidad el nombre de la marca utilizado para la exportación, sin embargo, en Rusia y la entonces existente URSS, fue conocido como Zhiguli.
Este auto surgió como una colaboración entre AvtoVaz y Fiat con el objetivo de producir un automóvil confiable que pudiera producirse a un precio lo suficientemente bajo. Esto con el propósito de ser accesible para los ciudadanos soviéticos ordinarios.
El primer LADA, el Vaz-2101, era simplemente una versión rediseñada del Fiat 124. Su producción inició en 1970 y se convirtió en el coche más popular en la historia soviética.
La Unión Soviética comenzó a exportar Ladas en la década de 1980, principalmente a Europa occidental, y se convirtieron en una valiosa fuente de ingresos extranjeros para el gobierno soviético.
A lo largo del tiempo, el nombre Volga se convirtió en sinónimo de exclusividad para los rusos, pues además de ser únicamente para los miembros de la élite soviética, era el único vehículo cercano a un auto premium en esa parte del mundo.
Los primeros vehículos Volga demostraron ser un éxito instantáneo y en un momento en que la mayoría de los automóviles en la calle eran bastante uniformes, destacaban con su diseño distintivo. Volga se hizo famoso por su lujo y pronto fue adoptado por la policía en toda la Unión Soviética.Después de un tiempo, solo médicos, abogados y funcionarios del gobierno realmente podrían permitirse un Volga.
Vladimir Putin se ha distinguido como uno de los entusiastas de la marca y tiene una colección propia, donde destaca el modelo más icónico de la marca el GAZ 21.
Para ojos externos, un referente de la industria automotriz soviética eran aquellos que servían como transporte oficial para los líderes de dicho bloque. Estos eran las limusinas Zavod Imeni Likhachova, mejor conocidos por sus siglas ZIL. La primera de estas limusinas fue producida en 1936 y fue conocida como la ZIS-101 y fue fabricada para una audiencia extremadamente exclusiva, es decir, Josef Stalin.
Sin embargo, el modelo más popular de esta compañía fue el ZIL-115 que era un vehículo blindado usado para llevar visitas diplomáticas de otros países Podía soportar artillería pesada y el suelo también era a prueba de bombas y trampas explosivas.
Fuera de la producción de limusinas, ZIL también produjo camiones, autobuses y una variedad de autos deportivos, incluido el ZIL-112, que podía alcanzar una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora y convertirse en el referente de los autos de carreras soviéticos.
GR