En un espacio entre las grabaciones del programa “Pásele, Yo invito”, Coque Muñiz platicó sobre este concepto en el que la televisión llega a las calles para realizar un programa de revista, que él mismo describe como empezar “desde cero”, y donde disfruta sobre todo, del contacto y la interacción con la gente.
Con un resfriado, pero contento, el conductor de televisión y cantante habló de los obstáculos existentes en esta producción, que son menores en comparación con la satisfacción que le genera, además adelantó detalles sobre su próximo lanzamiento discográfico “Azulejos 3”, y su transición a la televisora del Ajusco.
¿Cómo fue el arranque de este programa?
Desde que nació tuvo una forma distinta, primero porque se trata de un canal que no es muy conocido, aunque potencialmente cubre toda la República Mexicana y puede verse sin la necesidad de cable. Ha sido atractivo porque es como empezar desde cero para ir construyendo un público poco a poco, y lo más padre es que nos dan la oportunidad de salir a diferentes delegaciones en la Ciudad de México y llevar la televisión hasta la calle.
¿Cómo ha sido para ti este tipo de producción al aire libre?
Todas las semanas hacemos un cambio completo de locación como si se tratara de un teatro del pueblo y ¡está padre!, aunque a veces nos encontramos con aspectos en nuestra contra como el clima, los lugares, los accesos y las distancias, incluso se llega a atravesar un perro o se nos va la luz, pero lo mejor es que estamos disfrutando al público muy cerquita.
Arrancaron en época de lluvias, ¿verdad?
Sí, y el calor está de locura. Todos quisiéramos tener el espacio más codiciado de la televisión a las 8 de la noche, pero es como volverse a formar y decir ‘Yo puedo, aunque represente trabajar el doble’.
“Iniciar de cero” es un decir, ya que la gente te identifica, ¿no?
Sí, y me gusta porque saben que vamos a contar un chiste y nos vamos a reír, están conscientes de que no soy nada serio y que busco que la gente se divierta, es una oportunidad de oro para mí y ojalá que la podamos sacar a adelante.
¿Cómo has percibido el contacto con la gente?
Dios me ha permitido disfrutar del diálogo directo con el público y hay mucha confianza; las señoras y los chavos me gritan de todo, desde una broma hasta un reclamo, es un público humilde pero también muy entregado e incluso me han llegado a sorprender hasta con un regalo. Me siento agradecido porque estamos llevando alegría a donde sólo hay quejas.
Después de tantos años de estar en Televisa, ¿cómo viviste esta transición a TV Azteca?
Cuando me hicieron la invitación y tomé esta oportunidad, ya llevaba dos años de haber recibido la carta donde me informaban que ya no era exclusivo de Televisa y sin embargo, seguí preguntando en las oficinas por algún proyecto, la verdad hay que ir a buscar la chuleta, ya que el banco no sabe de televisoras.
Con respecto a la música, ¿tienes algún proyecto en puerta?
Sí, ya acabé mi disco “Azulejos 3”, lo vamos a presentar este mes con una campaña de promoción porque siempre he separado mi trabajo musical del de televisión, ya que creo que somos dos personas diferentes.
¿Qué puedes adelantar de este álbum?
Hace tiempo tenía ganas de grabar música española, me gusta mucho la rumba y tuvimos la suerte de encontrar un grupo español; tiene ciertos toques aflamencados, pero con la misma idea de canciones conocidas, solamente que el tiempo y el ritmo son diferentes.
¿Dejas a un lado los boleros?
Sí, yo le agradezco a la vida haber grabado boleros, pero el otro día volteé y vi como 40 iguales a los de nosotros con disco en vivo, aunque sé que aún hay gente que sigue prefiriendo las canciones de amor y disfrutan del momento para poner el disco completo y cantarlo con amigos.
Al igual que las versiones anteriores, ¿incluirá un video dentro del concepto?
Sí, ya lo hicimos y sólo estamos esperando la fecha de lanzamiento, este es un “Azulejos” con sabor a España y lo grabamos en una Hacienda; retrata a un personaje que llega a una fiesta de gitanos y poco a poco se va acomodando, hasta que se convierte en parte de la celebración.