“Fue en los años 40, cuando una familia de la localidad tuvo la iniciativa de hacer el largo recorrido a la ciudad de México, para llevar a vender mole almendrado en el mercado de la Merced, ¡Dos kilos! Fue la cantidad de aquella primera producción”, describe Gutiérrez.
Poco después, la modernidad llegaría a San Pedro Atocpan, con la pavimentación del camino principal de acceso (la carretera Xochimilco-Oaxtepec) y la introducción de la energía eléctrica.
“Ello permitió que en 1947, se instalara el primer molino de chiles y facilitar la molienda, labor que hasta entonces se realizaba manualmente en el tradicional metate.
“Por estos años se dieron los primeros pasos para transformar la producción local del mole (que se elaboraba casi exclusivamente para consumo propio) en una actividad económica que supone hoy en día el 60 por ciento de la producción total del mole a nivel nacional”, comenta Mauricio Gutiérrez.
Este espectacular crecimiento no se ha producido a través de grandes industrias, actualmente, es el resultado del esfuerzo y crecimiento de cientos de pequeñas empresas que favorecen la ocupación laboral del 92 por ciento de los habitantes de San Pedro Atocpan.
“En 1977, aprovechando las festividades del Señor de Yencuitlalpan, por primera vez y por iniciativa de un grupo de vecinos emprendedores se realizó lo que hoy es toda una tradición en Atocpan, la primera Feria del Mole.
“Inicialmente participaron cuatro restaurantes y cuatro productores. La feria nació para promocionar el mole almendrado de Atocpan, creación auténtica de esta demarcación ya que está basada en la receta antigua, aunque adecuada al gusto del comensal, ya que no es muy picosa y es de sabor y aroma exquisito”, dice Gutiérrez.
Agrega que una de las políticas es no promocionar alguna marca en particular, sólo hacer alusión al Mole Almendrado de San Pedro Atocpan.