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Con 100 piezas de cartón, inspiradas en los grabados de José Guadalupe Posada, se instaló, en la explanada del Jardín Guerrero, un altar que rindió homenaje al grabador y caricaturista mexicano, quien fue el creador de la Calavera Garbancera que es conocida internacionalmente como La Catrina.
Una Adelita montada en un burro, un fotógrafo, unos catrines en pleno romance, un grupo de mujeres velando, y en el último escalón del altar la calavera de José Guadalupe Posada, formaron parte de las piezas de cuerpo entero creadas por el artesano Rodrigo Avilés que quiere preservar en Querétaro la tradición de la cartonería.
El altar se montó para conmemorar los 100 años de la muerte de Posada y con el evento “Entre la muerte y el fandango, a Posada estamos festejando”, organizado por el Instituto de Cultura del Municipio de Querétaro, se realizaron diversas actividades culturales en las delegaciones que forman parte del municipio capitalino.
Siete meses tardó el cartonero, originario de Michoacán, en crear las 100 piezas de esta ofrenda, y se inspiró en los grabados de José Guadalupe Posada. La ofrenda permaneció el día 1 y 2 de noviembre para ser apreciadas por los queretanos y turistas que visitaron la ciudad.
Además, el Municipio de Querétaro, a través de la Delegación Centro Histórico y el Patronato de las Fiestas de Querétaro, montó en el edificio de la delegación, una ofrenda de muertos dedicada a Eduardo Loarca Castillo, músico originario del barrio de La Cruz.
Loarca Castillo estudió en la facultad de música de la Universidad Nacional Autónoma de México, y desempeñó números puestos públicos, algunos de relevancia nacional, tales como: Delegado al Congreso Nacional el SNTE en Oaxaca, y Secretario de Asuntos de los Maestros Federalizados en los estado de Hidalgo, Oaxaca, Querétaro y Tamaulipas.
Formó parte de la dirección del Museo Regional de Querétaro y del Conservatorio de Música José Guadalupe Velázquez. En 1986, fue nombrado Cronista del Municipio de Querétaro. Creó obras pequeñas para narrar la vida de queretanos ilustres y parte de su merito fue difundir la música clásica con letras propias adaptadas.
También se reconoce su trabajo por musicalizar Suave Patria de Ramón López Velarde, al conmemorarse los 50 años de su muerte, además de La Raza de Bronce de Amado Nervo.