San Miguel de Allende, Guanajuato—. En uno de los lugares más emblemáticos e históricos de nuestro país, San Miguel de Allende en Guanajuato, existe uno de los primeros panteones de esclavos de México, al cual llamaron San Juan de Dios.
Cuenta la historia que hace más de 240 años se fundó, en la parte baja y alejada del primer cuadro de la ciudad, el hospital San Juan de Dios en donde sólo tres personas, un médico, un cirujano y un boticario, eran los responsables de aliviar los males que afectaban a los pobladores de bajos recursos del lugar.
Tras la muerte de uno de los pacientes en el hospital, el 2 de noviembre de 1770, fue que se inauguró este panteón que, posteriormente, acogiera a cientos de pobladores de San Miguel de Allende.
Entre los personajes más reconocidos de esa época se encuentra “El Guacal”, un líder originario de Tamaulipas que creó su fama al darle vida al héroe de la vieja Inglaterra, Robin Hood, quitándole dinero a los ricos para repartirlo entre los pobres. Al ejecutarlo, lo enterraron en este recinto en donde miles de seguidores le brindan flores.
Al centro del mausoleo se encuentra un monumento construido especialmente para los niños que fallecían por enfermedades comunes y epidemias como el cólera.
Uno de los momentos más devastadores para los pobladores sanmiguelenses fue durante la sequía de 1795, que acabara con una gran parte de los pobladores ancianos y niños que murieron de hambre y frío y que fueron enterrados en este sitio.
Actualmente, se conserva un poco de lo que fuera la grandeza de este panteón, el cual se abre únicamente en las fechas de Día de Muertos para que los familiares puedan visitar a sus ancestros.
Continúan con las tradiciones
Año con año, alumnos de universidades y preparatorias del sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, se suman a la tarea de decorar las tumbas del mausoleo con flores de cempasúchil y figuras de calacas, como parte de un rito para celebrar la muerte llenando de vida y color al panteón de San Juan de Dios.