Niños de meses de edad y un poco más grandecitos asistieron a la función de El Valle de Orikubu, obra de la compañía La Gaviota.
“Es teatro físico, de títeres y familiar”, informó Jorge Smythe.
Teatro sin palabras, con danza, percusiones y cuatro actores en escena: Smythe, Cointa Galindo, Humberto Nieves y Ricardo Ángeles. Dirige Edwin Salas.
Montaje que formó parte del Festival Querétaro y se presentó en el Teatro de la Ciudad.
El Valle de Orikubu es el final de una trilogía, que conforman En busca de Maköok, El Reinado de Fuego.
Es el final de tres, pero cuenta el inicio de la historia fantástica donde participa un dragón, un dios del fuego, una reina del tiempo y suceden muchas cosas fantásticas.
Es la historia del Valle de Orikubu, precisamente, donde el dios del tiempo cuidaba de sus habitantes, auxiliado por sus hijas, una de ellas es expulsada a la luna y padre e hija se enfrentan.
Historia de fantasía escrita por Raúl Ángeles, con personajes y un lenguaje propio.
“Obra alternativa, sin diálogo, con danza y percusiones”, aclaró Smythe, director de este montaje.
El teatro infantil con títeres y danza es una de las especialidades de La gaviota Teatro.
El proyecto “es un poco arriesgado, ya que no hay palabras, no hay texto, es un viajezote, tanto para nosotros como para el público”, dijo Smythe.
El público infantil es difícil porque es demasiado honesto, dijo el actor. “Cuando algo les gusta se entregan abiertamente y cuando algo no les gusta se dan la vuelta y se ponen a platicar”, declaró.
El valle de Orikubu, obra que forma parte del repertorio de La gaviota Teatro desde el 2011.